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(Paréntesis)

Jump ha logrado atraer 11 millones de euros en una ronda de financiación

La plataforma permite a los ‘freelance’ obtener un contrato de trabajo para así disfrutar de beneficios sociales

Esto plantea un nuevo paradigma en el mercado laboral: ¿Es hora de adaptar la legislación laboral a los nuevos tiempos?

Con la democratización de la tecnología, cada vez son más los profesionales que deciden hacerse autónomos y trabajar para diversas empresas a la vez. Además, han ido surgiendo diferentes plataformas que ponen en contacto a los prestadores del servicio con usuarios o empresas que requieren su trabajo. Sin embargo, en la mayoría de países, los trabajadores por cuenta propia tienen menos servicios sociales y coberturas sanitarias que los que deciden hacerlo por cuenta ajena.

En esta línea surge Jump, una startup francesa que ofrece un contrato de trabajo a los autónomos para que tengan todas las facilidades que eso supone: beneficios sociales, sanidad y cotización para la jubilación, entre otros aspectos. En Francia, disponer de un contrato por cuenta ajena, además, permite un margen extra de negociación a la hora de conseguir una hipoteca, por ejemplo. Además, prometen mantener la independencia del profesional sin tener que renunciar por ello a un sueldo «fijo».

Una suscripción a cambio de un contrato

El servicio se ofrece como una suscripción de 99 euros al mes, que permite obtener todos esos beneficios. El trabajador, eso sí, debe cubrir todos los gastos asociados a la seguridad social y otras cotizaciones. El sistema es capaz también de calcular el salario mensual, compensando los meses de más trabajo con otros en los que la facturación baja (como puede ser en verano). Y toda la facturación se realiza a través de la plataforma.

De momento, esta iniciativa ya ha convencido a 2.000 profesionales franceses, que se han unido a ella como un punto intermedio entre la flexibilidad del ‘freelance’ y la estabilidad que da tener un contrato. La idea de la compañía es expandirse a otros países, y ya tienen al Reino Unido en su agenda de expansión.

¿Es hora de reformular la división entre cuenta propia y ajena?

Por todo ello, surge la inevitable pregunta de si se debería reformar la legislación laboral para crear nuevas categorías que reflejen mejor la situación de los nuevos autónomos. Profesionales que muchas veces no dependen de una sola empresa, y que muchos de ellos facturan por Internet a clientes que están a miles de kilómetros de distancia.

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Foto de KATRIN BOLOVTSOVA