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En un movimiento que podría redefinir el panorama de las redes sociales en Estados Unidos, la Cámara de Representantes ha aprobado una legislación que pone en jaque la operatividad de TikTok en el país. La decisión, que surge en un contexto de creciente tensión entre Washington y Beijing, obliga a ByteDance, la compañía china propietaria de TikTok, a desvincularse de la red social o enfrentar una posible prohibición nacional.

La legislación, que fue aprobada con un amplio margen de 360 votos a favor y 58 en contra, otorga a ByteDance casi un año para encontrar una salida que satisfaga las demandas del gobierno estadounidense. Este período incluye una cláusula que permite una exención presidencial durante los primeros 90 días, mostrando una flexibilidad mayor en comparación con propuestas anteriores que sugerían un plazo de solo seis meses.

Este movimiento legislativo no es aislado sino que forma parte de un paquete más amplio de medidas que también busca fortalecer la posición de Estados Unidos frente a otras potencias como Rusia, mediante la apropiación de activos rusos congelados. Además, está vinculado a un multimillonario paquete de ayuda a Ucrania, Israel y Taiwán, que aún está en discusión y se espera que sea aprobado dado el control demócrata del Senado y el respaldo del presidente Joe Biden.

Con un plazo de casi un año para desvincularse de ByteDance, TikTok enfrenta un futuro incierto en Estados Unidos, en medio de preocupaciones sobre seguridad nacional y la influencia extranjera.

El debate sobre TikTok en EE.UU. no es nuevo. Ya en marzo, la Cámara había votado a favor de una legislación similar, pero se estancó en el Senado. Ahora, con un camino legislativo más claro y el apoyo bipartidista, la posibilidad de una prohibición de TikTok parece más cercana que nunca. Esta decisión responde a las preocupaciones sobre la seguridad nacional y el temor de que el gobierno chino pueda utilizar la plataforma para influir en los más de 170 millones de usuarios estadounidenses o difundir propaganda.

ByteDance, por su parte, ha expresado su intención de agotar todas las vías legales antes de considerar una desinversión, según fuentes cercanas a la compañía. Además, han criticado la legislación, calificándola de ataque a la libertad de expresión y un golpe devastador para millones de negocios que utilizan la plataforma.

Esta situación plantea numerosos interrogantes sobre el futuro de TikTok en EE.UU. y el impacto que una prohibición podría tener tanto en el tejido social como en el económico del país. Mientras el debate continúa y las miradas se dirigen ahora al Senado, la comunidad internacional observa atentamente, consciente de que el resultado podría sentar un precedente significativo en el tratamiento de empresas tecnológicas extranjeras en suelo estadounidense.

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