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Una innovadora prótesis biónica controlada por el cerebro ofrece nuevas esperanzas a las personas con amputaciones. Esta avanzada tecnología permite a los usuarios caminar con mayor facilidad, rapidez y equilibrio, mejorando significativamente su calidad de vida. La prótesis ha sido desarrollada por un equipo multidisciplinar de científicos e ingenieros, entre los que destaca Hugh Herr, un científico del MIT y co-director del Centro de Extremidades Biónicas en el MIT Media Lab.

Tras perder ambas piernas en un accidente de escalada, Herr se ha convertido en un pionero en la biomecánica y la robótica, desarrollando avanzadas prótesis biónicas que han mostrado resultados prometedores en sus primeras pruebas clínicas.

Un avance en la interfaz cerebro-computadora

La clave del funcionamiento de esta prótesis biónica radica en una interfaz cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés) que permite la comunicación directa entre el cerebro del usuario y la pierna robótica. Este sistema traduce las señales eléctricas del cerebro en movimientos precisos de la prótesis, proporcionando una respuesta rápida y natural. Según un estudio publicado en la revista Nature, los usuarios de esta tecnología han logrado caminar casi tan rápido como las personas sin amputaciones, lo que representa un avance significativo en este campo.

El desarrollo de esta tecnología ha sido posible gracias a los avances en neurociencia y en ingeniería robótica. La BCI utiliza electrodos implantados en el cerebro que detectan las señales neuronales asociadas con el movimiento de las piernas. Estas señales se envían a una computadora que las interpreta y las convierte en órdenes para la prótesis. Este proceso ocurre en tiempo real, permitiendo un control fluido y preciso de la pierna biónica.

Resultados de las primeras pruebas clínicas

Las pruebas clínicas realizadas hasta ahora han demostrado que esta prótesis no solo mejora la velocidad de marcha, sino también la estabilidad y la flexibilidad. Los participantes en el estudio han informado de una reducción significativa en el esfuerzo necesario para caminar y una mejora en su equilibrio general. Esto se debe en parte al diseño avanzado de la prótesis, que imita la anatomía y los movimientos naturales de una pierna humana.

En un artículo publicado por MIT Technology Review, se destaca que los usuarios de la prótesis biónica han podido realizar tareas cotidianas con mayor facilidad y confianza. Además, la prótesis ha mostrado ser especialmente útil en terrenos irregulares, donde los dispositivos tradicionales suelen tener dificultades. Este nivel de adaptabilidad y respuesta es crucial para estas personas, quienes a menudo enfrentan desafíos adicionales al moverse en su entorno diario.

Futuro de la tecnología biónica

El éxito de esta prótesis biónica controlada por el cerebro abre la puerta a futuras innovaciones en el campo de las tecnologías asistidas. Los investigadores son optimistas sobre las posibilidades de mejorar aún más esta tecnología, haciéndola más accesible y asequible para un mayor número de personas. Además, se espera que los avances en la interfaz cerebro-computadora puedan aplicarse a otros tipos de prótesis y dispositivos médicos, ampliando su impacto positivo.

El desarrollo de esta tecnología es un claro ejemplo de cómo la ciencia y la ingeniería pueden trabajar juntas para mejorar la vida de las personas con discapacidades. A medida que continúen las investigaciones y se realicen más pruebas clínicas, es probable que veamos un crecimiento en la adopción de prótesis biónicas controladas por el cerebro, transformando la manera en que las personas amputadas interactúan con el mundo que les rodea.

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