Pablo Notario es cofundador de Artias, una plataforma que fusiona arte y tecnología para crear obras exclusivas para producciones audiovisuales. Pablo estudió ingeniería, pero encontró su verdadera pasión en la creación artística y la producción audiovisual, lo que lo llevó a combinar sus conocimientos técnicos con su amor por el arte y la creación.
El catálogo de cuadros de ambientación en Madrid era muy limitado, y muchas producciones cinematográficas se ambientaban con las mismas obras de arte. Ahí Notario vio una ventana para aprovechar los conocimientos de arte de su padre y, al mismo tiempo, usar la IA. Con su padre fundaron Artias, una startup que ya cuenta con un catálogo único de obras creadas con ayuda de la IA.
Pregunta: Tienes una historia de lo más interesante. Empezaste estudiando ingeniería. ¿Cómo haces ese salto de un mundo tan de números a un mundo tan artístico como el de la producción audiovisual?
Pablo Notario: Yo empecé con Ingeniería Electrónica en la Universidad de Córdoba y, al final, un poco el devenir de la vida me ha llevado a la producción audiovisual.
Cuando empecé a decidir qué quería estudiar, siempre me habían impuesto mucho la idea de elegir algo con salida. Así que estudié ingeniería pensando que tendría un futuro maravilloso. Pero una vez que empecé a desempeñar las labores del día a día como programador, vi que no era lo que yo esperaba de mi trabajo. Fue entonces cuando comencé a hacer el cambio hacia algo más creativo. También me venía un poco de familia el querer dedicarme a algo más artístico, y así fue como, poco a poco, fui metiéndome en el mundo de la producción audiovisual.
Porque es tu padre el que, de alguna forma, ¿te empuja?
Realmente no es que me empuje, él simplemente me ha apoyado en todas las decisiones que he tomado. Fue más bien una necesidad personal de dedicarme a algo fuera de lo que era meramente la programación. Ahí fue cuando, a raíz de unos compañeros, descubrí lo que es producir, lo que es dedicarme a contar historias, que siempre me ha parecido maravilloso. Y entonces me di cuenta de que había muchos trabajos que ni siquiera sabía que existían. En este caso, lo que es ser ayudante de producción o dedicarme a la producción.
«No hay mejor forma de entender cómo funciona la tecnología que saber sus límites»
¿Cómo llegas a ver la oportunidad de utilizar estas herramientas para crear algo diferente?
Una vez que ya me meto en el mundo audiovisual y empiezo a conocer los diferentes departamentos que componen un rodaje, hay uno que me llama especialmente la atención: el departamento de arte, que dedica todo su tiempo a la decoración, a la creación del espacio, a toda la ambientación.
Y claro, yo dije: Ostras, qué guay, ¿no? Saber que esto existe y que hay gente que vive bien dedicándose a ello. Siempre he tenido un background familiar ligado a la creación artística, pero no enfocada al audiovisual. Entonces, me pareció interesante intentar compaginar conocimientos técnicos con conocimientos creativos y con este mundo que había descubierto recientemente. Y fue cuando empecé a coger toda la obra de mi padre y a alquilarla para producción audiovisual.
Tu padre es pintor y tiene toda su obra. ¿Cómo llegas a la idea de digitalizarla y crear algo nuevo a partir de ella?
Yo realmente me di cuenta porque una vez tuve que ir a recoger un material de una casa de atrezo y vi que allí tenían un montón de obra. Empecé a hablar con el encargado, me enseñó todo el material que tenían, y le comenté: «Mira, yo tengo casi 300 cuadros en casa». Así que los traje de Córdoba a Madrid, empecé a moverlos… Y bueno, una cosa llevó a la otra.
Finalmente, a raíz de hablar con directores de arte, ellos me dijeron que la obra era muy interesante, pero que estaba muy acotada en un tiempo y espacio muy concreto. Que era una obra muy contemporánea. Después de hablar con ellos y explorar otras posibilidades, me dijeron que era viable lo que era la impresión de imágenes en lienzo. Y fue entonces, allá por 2021-2022, cuando empezaba a sonar todo el tema de la IA generativa. Yo comencé a probar con MidJourney, y le dije a mi papá: «Creo que vamos a digitalizar todo tu catálogo». Y entonces empecé.
«La IA es una herramienta que te da una versatilidad brutal, pero que no te da el trabajo»
Este proceso ha ido avanzando hasta que, a partir de un prompt escrito, se puede crear prácticamente cualquier obra. ¿Cómo han evolucionado las herramientas hasta llegar a este punto?
Hicimos un catálogo digital y creamos obra nueva a partir de su obra. Al principio, el tema del prompt estaba todavía un poco en pañales, no funcionaba tan bien, así que el Image to Image funcionaba mucho mejor que el Text to Image. Entonces empezamos añadiendo capas, mezclando cuadros de su obra. Así, a partir de uno, generábamos un tercero, pudiendo triplicar el catálogo partiendo de la misma obra. Luego ya empezamos a usar referencias artísticas de otras épocas y movimientos creativos.
Llega un momento en el que fuimos personalizando y personificando el servicio, hablando con directores de arte. Nos contaron que cuando recibes un guion, lo primero que haces es contextualizarlo en un espacio temporal. Desde los romanos hasta el futuro, si quieres contar ciencia ficción. Entonces, nos pusimos a estudiar. Y en este caso es mi padre, que es quien tiene todos los conocimientos de historia del arte. Hicimos todo por categorías: desde el arte antiguo, los primeros manuscritos, frescos, mosaicos… Todo lo que es el arte antiguo, incluso alguna pintura rupestre, hasta lo más contemporáneo. Toda la época. Tenemos un catálogo de unas 3.500 imágenes.
¿Cómo es el proceso creativo en el que participáis tú y tu padre?
Son muchos meses de creación. Mucho tiempo y mucho descarte. Realmente, al principio, yo creo que como todo creador, es entender qué quieres hacer. Entonces, nosotros nos hicimos básicamente un índice por épocas, artistas, estilos y características de esos estilos: tipo de pincelada, tipo de composición, técnica… todo lo que fuese representativo. Y luego, en base a ello, yo sobre todo he metido toda la parte más técnica: saber qué herramienta, en base a qué necesidad, es lo más óptimo para utilizar. Entonces, digamos que un poco su conocimiento artístico, con mis conocimientos técnicos, acaban generando Artias.
Es un trabajo muy artesanal. Aunque tengas una materia prima importante, en este caso una obra inicial, siempre hay que personalizarla. Se cambia la composición, se añaden elementos, se incorporan capas de envejecimiento, si es un grabado. Es todo un proceso de edición estándar con herramientas como Photoshop. También usamos Illustrator, añadiendo diferentes capas de edición para personalizar cada obra y adaptarla al servicio solicitado.
«Creo en la tecnología, pero siempre creo en su uso ético»
¿En qué películas o series podemos ver vuestras obras y quizás no nos hayamos dado cuenta?
Hemos trabajado para una película en la que el protagonista es pintor y que aún no se ha estrenado. Ha sido uno de nuestros trabajos más importantes hasta ahora. Lo interesante de esta producción fue la conceptualización de la obra. El protagonista era un pintor, y fue un trabajo muy, muy artesanal. Trabajamos mano a mano con el director de arte para desarrollar una obra que fuera coherente con la historia del personaje y también entre sí, porque no siempre es fácil alcanzar esa coherencia.
Buscamos consistencia en todas las piezas, algo que ahora con la IA está muy de moda, pero es realmente complicado de conseguir. De hecho, hay algunas secuencias en las que toda la galería es nuestra. Poder lograr que cada trazo, que el trazo sea consistente en todas las obras, que la tonalidad y la paleta de color se mantengan, es un trabajo minucioso. Además, hay un trabajo de subtexto, de saber qué quieres contar y cómo. Al final, la IA es una herramienta que te da una versatilidad brutal, pero no te da el trabajo en sí. Hay mucho trabajo de investigación también detrás.
Hemos hablado de MidJourney. ¿Todavía lo utilizáis o estáis probando otras plataformas?
A mí personalmente me gusta mucho MidJourney. Lo usamos bastante. De hecho, ya teníamos la versión alfa cuando salió. Empezamos con el servidor de Discord y luego con la versión alfa. Ahora, con todo el tema de la edición en tiempo real que tiene, me parece una herramienta increíble. Pero, dependiendo de la plataforma o del tipo de producción, utilizamos diferentes herramientas. Por ejemplo, si estamos trabajando con Netflix, generalmente usamos Adobe Firefly, porque se ajusta mejor a los acuerdos internos y las necesidades de la producción.
«La IA entra muy bien para entender y leer lo que es la obra y categorizarla»
¿Hay restricciones entre plataformas para el uso de estas obras?
Yo creo que es más que nada una cuestión de derechos y de legalidad. Es uno de los grandes interrogantes en este mundo emergente, y no es fácil establecer precedentes. Aquí entra el dilema de saber, ¿quién es el creador? ¿Es el autor del prompt, el propio modelo de IA, o es una unión de ambos? Y luego, además, la edición final que le añades con esas capas es puramente humana. Al final, el proceso es como un sándwich de humano, máquina, humano de nuevo, máquina otra vez, y humano al final.
Ese archivo se imprime, y en la mayoría de los casos, siempre se retoca algo in situ en el propio set. Se le da textura, se le aplica barniz para envejecimiento o se le hace alguna modificación más. Al final, no partimos de un folio en blanco; nosotros proporcionamos un recurso para que, luego, el decorador o pintor en el set pueda retocar, lo que les permite ganar tiempo de actuación y reducir costes.
¿Qué es lo que realmente os diferencia en el mercado? ¿Cuál es el valor que aporta Artias que os hace únicos?
El valor más importante, y el que más nos distingue, es la exclusividad. En el circuito audiovisual, el stock de cuadros es bastante limitado, así que una misma obra puede repetirse en diferentes producciones. Como público, tal vez no lo notes, pero si trabajas en el medio, te das cuenta de que los decorados se repiten. Es ahí cuando la exclusividad cobra importancia, porque no quieres que tu decorado sea común. Todo el mundo busca personalización para darle mayor difusión dentro de ese medio. Así que, nuestra máxima es que cada set y cada decorado tiene sus propias obras. Cuando vendemos una obra, la retiramos automáticamente de la web, lo que asegura que ya no se puede volver a comprar. Damos esa exclusividad para cada set de rodaje, garantizando que cada pared y cada espacio tenga una obra pensada y hecha exclusivamente para ese proyecto.
«En un futuro se revalorizarán las buenas ideas»
Me habías mencionado que tenéis automatizaciones para la creación de las etiquetas en la web, ¿cómo funciona esto?
Lo curioso es que lo que más cuesta en tiempo, más que crear la obra en sí, es categorizarla. La obra debe categorizarse por colores, épocas, filtros y atributos, para que los directores puedan encontrar lo que necesitan fácilmente. Todo eso requiere bastante tiempo, alrededor de una hora o una hora y media por obra. Ahí es donde la IA entra de forma clave, ya que puede leer y categorizar las obras por sí misma. Implementamos una automatización que, al pasarle un grupo de imágenes, las categoriza, genera los filtros y las descripciones automáticamente. Sin esta automatización, sería imposible gestionar un catálogo de 3.000 obras manualmente.
Hay personas que están pensando en emprender. ¿Qué consejo les darías para empezar?
Lo primero que les diría es que empiecen jugando. Es la mejor forma de entender los límites de la tecnología. La IA, como cualquier herramienta, tiene sus limitaciones, y lo importante es conocerlas. Mi consejo es que jueguen, que se diviertan con ella, como si fueran niños pequeños. Así, descubrirán tanto lo que funciona como lo que no.
Una vez que tengan claro eso, deberían analizar un sector en el que tengan conocimientos, como yo con el mundo de la producción audiovisual. Identifiquen un problema dentro de ese sector y analicen los procesos, buscando qué parte de esos procesos puede ser automatizada con IA. Pero es clave entender que la IA no va a hacer todo el trabajo. Es una herramienta que necesita ser guiada constantemente. No se trata de inmediatez o autonomía total, sino de trabajar con la IA como si fuera un ayudante, guiándola y aprovechando sus capacidades.
«Hay un trabajo de subtexto, de saber qué quieres contar y de qué forma»
En este contexto de avances tecnológicos como la IA, ¿qué papel jugarán las buenas ideas en el futuro?
Creo que, en el futuro, las buenas ideas serán lo que se revalorice. Hoy en día, nuestra identidad está muy ligada a nuestra profesión: soy ingeniero, soy médico, soy panadero. Pero eso, para mí, ya no es tan representativo.
Con la democratización de los procesos y la ayuda de la IA, la ejecución de muchos trabajos se externalizará y ya no será el factor principal en un proyecto. Es más, en lugar de valorarse tanto la capacidad de ejecución, lo que ganará valor será la idea en sí misma.
La IA facilitará la creación y ejecución de muchos procesos, y las personas serán capaces de vender y desarrollar ideas que luego serán procesadas por la IA. Claro, la persona que aporte la idea tendrá que guiar a la IA y proporcionarle las indicaciones correctas, pero la clave estará en la creatividad de la idea. Esto, por supuesto, es una visión optimista, pero creo que a largo plazo, las ideas serán lo que más valor tendrán.
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