El futuro robótico que Elon Musk ha estado esbozando durante años está tomando forma con el anuncio del precio de Optimus, el robot humanoide de Tesla. En una reciente interacción en X (anteriormente Twitter), Musk reveló que el coste de este avanzado robot estaría en el rango de los 25.000 a 30.000 dólares, un precio que, según sus palabras, «será menor con el tiempo». Esta estrategia de precios no solo busca hacer de Optimus un hito en la robótica personal y profesional, sino también democratizar el acceso a esta tecnología avanzada, haciéndola asequible para un público más amplio.
La visión de Musk para Optimus va más allá de un simple gadget tecnológico; se trata de un esfuerzo por transformar la economía laboral y, potencialmente, la estructura social. Con capacidades que incluyen desde tareas domésticas hasta roles en cadenas de producción, Optimus está diseñado para realizar trabajos inseguros o indeseables, liberando así a los humanos para tareas más creativas y satisfactorias. Musk sugiere que este cambio podría multiplicar la productividad global y ser un paso significativo hacia la erradicación de la pobreza.
Elon Musk anuncia que el robot humanoide Optimus, promesa de una revolución en la productividad y el bienestar humano, tendrá un precio inicial entre 25.000 y 30.000 dólares, con la visión de hacerlo aún más accesible en el futuro.
El precio anunciado sitúa a Optimus en un punto interesante del mercado, especialmente cuando se le compara con el coste de un vehículo Tesla. Musk enfatiza que, a pesar de la complejidad y la avanzada tecnología que encierra Optimus, su objetivo es hacerlo accesible, incluso más barato que un automóvil medio en el futuro. Esta política de precios es coherente con la misión de Tesla de acelerar la transición mundial hacia la energía sostenible y, ahora, hacia una nueva era de automatización.
Optimus no estará solo en el mercado. Competidores como el Figure 01, impulsado por la inteligencia artificial de OpenAI, y Apollo, el amigable bípedo de Apptronik diseñado para asistir en las fábricas de Mercedes-Benz, también están marcando el inicio de una era donde los robots humanoides se integrarán cada vez más en nuestras vidas cotidianas y entornos de trabajo. Sin embargo, la promesa de Musk de un robot en cada hogar para 2050, algunos de los cuales podrían asumir roles tan personales como parejas románticas, destaca la ambición única de Tesla en este campo.
A medida que Tesla avanza en el desarrollo de Optimus, mostrando sus capacidades para realizar tareas complejas y demostrando equilibrio y percepción en actividades tan delicadas como el yoga, queda claro que estamos al borde de una revolución robótica. La pregunta ya no es si los robots humanoides formarán parte de nuestra vida diaria, sino cuándo y cómo se integrarán de manera que beneficien al conjunto de la sociedad.
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