“La competencia debería basarse en el servicio al cliente, no en campañas de descrédito ocultas”, afirma la vicepresidenta ejecutiva de Microsoft Rima Alaily.
En una declaración poco habitual y cargada de tensión, Microsoft ha acusado públicamente a Google de orquestar “campañas en la sombra” para debilitar su posición en el mercado de la computación en la nube en Europa. Esta acusación surge en un contexto de crecientes tensiones entre los dos gigantes tecnológicos, quienes enfrentan investigaciones y demandas antimonopolio en múltiples regiones.
En un artículo de blog firmado por Rima Alaily, vicepresidenta ejecutiva y asesora general adjunta de Microsoft, se acusa a Google de actuar tras bastidores en la creación de la Open Cloud Coalition, una organización de presión que, según Microsoft, tiene como principal propósito socavar su negocio en la nube en la Unión Europea y el Reino Unido. Alaily asegura que, aunque Google aparenta ser un miembro secundario, en realidad financia y dirige la coalición, que fue lanzada para “atacar a Microsoft” en el mercado europeo de la computación en la nube.
La reacción de Google no se hizo esperar. En un comunicado, la empresa aseguró haber sido “muy pública” en cuanto a sus preocupaciones sobre lo que considera prácticas anticompetitivas de Microsoft en su negocio de la nube, y añadió que el mes pasado había presentado una queja formal por antimonopolio contra Microsoft ante la Comisión Europea. Por su parte, Nicky Stewart, asesora principal de la Open Cloud Coalition, insistió en que el grupo “no está en contra de ninguna empresa en particular” y que su objetivo es promover la interoperabilidad en los servicios de la nube.
Ambas compañías están bajo la lupa de los reguladores. Google, en particular, ha enfrentado un escrutinio cada vez mayor, sobre todo después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ganara un caso histórico por monopolio contra la compañía este verano. Microsoft, que también enfrenta críticas sobre prácticas de mercado, ha respondido a la creciente regulación ajustando sus productos y licencias, ofreciendo, por ejemplo, versiones de sus paquetes de productividad sin Teams a un precio reducido para mitigar preocupaciones de competencia.
La acusación de Microsoft hacia Google refleja el tenso panorama competitivo y regulador en el que ambas empresas operan, especialmente en el mercado europeo. Para Microsoft, estas supuestas campañas en la sombra no son solo un ataque a su negocio, sino un intento de desviar la atención de los problemas regulatorios que enfrenta Google. En palabras de Alaily, “cuando una empresa debería centrarse en responder a las preocupaciones legítimas sobre su modelo de negocio, decide en cambio emplear sus vastos recursos en desgastar a otros”.
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