Skip to main content

Meta ha comenzado esta semana a entrenar sus modelos generativos con datos públicos de usuarios adultos en la Unión Europea. Esta decisión marca un giro significativo tras meses de enfrentamientos con los reguladores europeos, conocidos por sus estrictas leyes de privacidad de datos.

La empresa, matriz de Facebook e Instagram, ha comenzado a enviar notificaciones a sus usuarios en Europa, tanto a través de sus plataformas como por correo electrónico, informando sobre el uso de sus publicaciones públicas para el entrenamiento de sus sistemas de IA. Estas notificaciones incluyen un enlace a un formulario que permite a los usuarios oponerse a que sus datos sean utilizados para este fin. Meta asegura que respetará todas las solicitudes de objeción, tanto las ya recibidas como las nuevas.

El objetivo de la compañía es construir modelos de IA más adaptados a los contextos culturales y lingüísticos de las comunidades europeas. Según Meta, entrenar sus modelos con publicaciones de usuarios del continente permitirá captar matices como los dialectos regionales, las expresiones idiomáticas y las formas locales de humor y sarcasmo. Esta adaptación es especialmente relevante, afirma, en un momento en que la IA está evolucionando hacia herramientas multimodales que combinan texto, voz, imagen y video.

Una decisión polémica

Sin embargo, esta estrategia no está exenta de polémica. El año pasado, Meta tuvo que suspender un despliegue similar tras las quejas del grupo de defensa de la privacidad NOYB, que exigía una evaluación más profunda del impacto de estas prácticas. A esto se suma el riesgo de nuevas sanciones: en los últimos años, la empresa ha acumulado multas por valor de más de mil millones de dólares en la UE por diversas violaciones de privacidad.

Se excusan en las prácticas de otras compañías

Meta no está sola en este enfoque. En un intento por justificar su estrategia, ha señalado que gigantes como Google y OpenAI ya han utilizado datos de usuarios europeos para entrenar sus propias IA. No obstante, Meta insiste en que su proceso es más transparente, un argumento que busca suavizar la crítica pública y la presión regulatoria.

En paralelo, el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, ha buscado apoyo político en Estados Unidos, especialmente del expresidente Donald Trump y su equipo, para contrarrestar lo que considera una regulación excesiva por parte de la Unión Europea. La administración estadounidense ha dejado entrever que podría responder con medidas comerciales si considera que las normas europeas obstaculizan injustamente a las tecnológicas norteamericanas.

Con esta expansión, Meta se juega mucho: por un lado, la mejora de sus capacidades de IA y su competitividad global; por otro, el riesgo de nuevas batallas legales en uno de los mercados más regulados del mundo.

Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.

Adrián Soler

Periodista por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Soy especialista en IA, tecnología y formador en comunicación. Reflexiono sobre cómo los algoritmos moldearán nuestro oficio.

Dejar un comentario