El creador de DeepSeek revoluciona el sector tecnológico con un fondo revalorizado un 150% y un enfoque sostenible en inteligencia artificial.
En un mundo dominado por gigantes como Alibaba, Tencent o Baidu, un nombre comienza a resonar con fuerza en China: Liang Wenfeng.
En el vasto y complejo tapiz de la tecnología china, donde imperan gigantes como Alibaba, Tencent o Baidu, un nombre nuevo comienza a resonar con la fuerza de un dragón despertando: Liang Wenfeng. Este ingeniero informático de 39 años, nacido en la provincia de Cantón, con un aspecto juvenil que desmiente su edad, se ha convertido en el cerebro detrás de una revolución silenciosa. Su empresa, DeepSeek, fundada en 2023, no solo desafía a los titanes tecnológicos de su país sino que también cuestiona el modelo de consumo energético de los centros de datos occidentales, similar a cómo los maestros de la Ciudadela en Juego de Tronos buscan conocimiento más allá de lo convencional.
Los centros de datos en Estados Unidos consumen el 4,4% de la energía total del país, según datos recopilados por DeepSeek.
La trayectoria de Liang es tan singular como su enfoque, recordando a Tyrion Lannister, quien, pese a su estatura, posee una mente brillante. Hijo de un maestro en una ciudad poco desarrollada, Liang ingresó a la Universidad de Zhejiang, cuna de talentos como Jack Ma, fundador de Alibaba. Mientras sus compañeros soñaban con emular al multimillonario, Liang se sumergió en la investigación de la inteligencia artificial (IA), como un erudito en las profundidades de la biblioteca de la Ciudadela. En 2015, junto con dos colegas, fundó High-Flyer Quant, un fondo de inversión de alto riesgo dirigido exclusivamente por algoritmos de IA. En siete años, el fondo se revalorizó un 150%, superando ampliamente los índices bursátiles, una hazaña digna de los mejores maestros de la moneda de Desembarco del Rey.
Sin embargo, en 2023, el gobierno chino, como el Consejo Restrictivo de los Siete Reinos, intervino: los fondos cuantitativos fueron acusados de aumentar la volatilidad del mercado, imponiendo restricciones que requerían intervención humana en las operaciones. Esto truncó temporalmente el éxito de High-Flyer, que gestionaba 7.700 millones de euros. Pero Liang, con la resiliencia de un Stark, no se rindió. Redirigió sus esfuerzos y capital hacia DeepSeek, una empresa que combina IA con sostenibilidad, como un alquimista que busca la piedra filosofal para transformar el plomo en oro.
El 37% de los investigadores de IA en empresas estadounidenses son de origen chino, más que los propios norteamericanos, según estudios del sector.
La filosofía de DeepSeek es clara: innovar sin desperdiciar recursos, similar a cómo los constructores de la Barrera en Juego de Tronos buscan fortalecerla con materiales eficientes. Mientras los centros de datos occidentales consumen cantidades ingentes de agua y energía, Liang promueve modelos más eficientes. Esta visión le ha valido el reconocimiento del Partido Comunista Chino, como si hubiera sido convocado a un Gran Consejo por el Rey en Desembarco del Rey. La semana pasada, apareció en un cónclave con el primer ministro Li Qiang, un hecho tan insólito como la presencia de un salvaje en el consejo de los Siete Reinos.
Liang, sin embargo, no busca protagonismo, prefiriendo la discreción de un hombre de la Guardia de la Noche. Su pasión, reflejada en el logo de DeepSeek (una ballena que simboliza el buceo en cuevas), es sumergirse en desafíos complejos. “La asignatura pendiente de China es innovar, no ir a remolque”, declaró en una rara entrevista, como si pronunciara una profecía en la sala del Trono de Hierro. Esta mentalidad explica por qué DeepSeek ha atraído a 139 de los mejores talentos jóvenes del país, muchos de ellos provenientes de universidades chinas, que producen la mitad de los expertos globales en IA, similar a cómo la Ciudadela atrae a los más brillantes para convertirse en maestres.
Su éxito, no obstante, no está exento de tensiones. Las inversiones de High-Flyer en bases de datos “del tamaño de un campo de fútbol” (160 millones de euros en dos rondas) atrajeron la atención regulatoria, como si hubieran despertado la ira de los dioses antiguos y nuevos. Ahora, con DeepSeek, Liang juega en una liga diferente: la de crear una IA que no solo genere beneficios sino que también preserve el planeta, un noble objetivo que recuerda a los esfuerzos de los Hijos del Bosque por mantener el equilibrio natural.
Mientras las tecnológicas occidentales sufren por las caídas del Nasdaq y las políticas de Trump, Liang siembra las bases de un futuro donde China no solo imita, sino que lidera, con la humildad de un hombre que prefiere las profundidades submarinas a los reflectores, como un personaje de Juego de Tronos que encuentra su poder en la sombra y la estrategia.
Este artículo sobre Liang Wenfeng nos sumerge en el intrigante mundo de la tecnología china, donde cada ingeniero es un señor feudal con sus propias tácticas y misterios. ¿Es Liang Wenfeng un estratega como Tyrion Lannister, o más bien un alquimista moderno en la búsqueda de un equilibrio entre innovación y sostenibilidad? Deja tu opinión en los comentarios. ¿Qué piensas de su impacto en el panorama de la IA global? Únete a la discusión y afina tu ingenio para el próximo episodio: «La Batalla por la Innovación».