Las compañías tecnológicas bajaron un billón de dólares en cotización el lunes
El miedo a una recesión en Estados Unidos, que comenzó en el Nikkei japonés, fue extendiéndose como una gota de aceite en las cotizaciones europeas e impactó de lleno en Nueva York. Lejos de mantenerse al margen, las empresas tecnológicas estadounidenses experimentaron caídas de hasta el 4%. La peor parte se la llevaron NVIDIA y Apple, con caídas del 6 y el 4% respectivamente. En global, las tecnológicas perdieron un billón de dólares en una jornada negra para los mercados financieros.
Amazon, Meta, Microsoft y Alphabet también sucumbieron a la caída, con pérdidas conjuntas de hasta mil millones en algunos momentos de la jornada. NVIDIA, que había hecho historia superando los 3 mil millones de capitalización bursátil, bajó ayer a 2.500 millones durante la jornada. Esto se debe en parte a las altas cotizaciones que mantienen estas empresas por el interés que han suscitado los últimos avances en IA, lo que las hace vulnerables en tiempos de incertidumbre económica.
El principal factor que ha impulsado esta caída en los mercados es el endurecimiento de las políticas monetarias por parte de los bancos centrales. La Reserva Federal de los Estados Unidos y otros bancos centrales han incrementado las tasas de interés de manera agresiva, lo que ha tenido un impacto en la cotización. Pero algunos analistas especializados se preguntan si ha explotado la burbuja de la IA.
Ya se habla de «burbuja de la IA»
Algunos medios digitales, como ‘Bloomberg‘, avisan de que la desaceleración podría continuar a lo largo de sucesivas jornadas y hablan de una «burbuja de la IA» para enmarcar las bajadas protagonizadas por las tecnológicas. Wall Street se muestra escéptico, según CNN, sobre la capacidad de la IA para generar beneficios sustanciales a corto y medio plazo. Este escepticismo surge en un momento en que la presión por obtener resultados financieros tangibles es más fuerte que nunca y podría marcar la evolución a la baja de las tecnológicas en bolsa.
Una de las principales preocupaciones es el alto coste de desarrollar y mantener la infraestructura necesaria para la IA, que incluye centros de datos y procesadores específicos como GPUs. La elevada inversión puede ser prohibitiva y requiere una justificación clara en términos de retorno de la inversión.
Además, la monetización de la IA no es inmediata ni sencilla. La mayoría de los modelos actuales requieren cantidades masivas de datos para ser entrenados, lo que implica no solo desafíos técnicos, sino también éticos y regulatorios, especialmente en términos de privacidad y propiedad intelectual. Mientras tanto, el mercado está ansioso por ver cómo estas inversiones impactarán en los resultados financieros trimestrales, presionando a las empresas para demostrar el valor práctico y comercial de sus desarrollos en IA.
Las siguientes jornadas serán clave para determinar si comienza una desaceleración o, en cambio, se queda todo en una fluctuación temporal del mercado.
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