Esteve Almirall es profesor de ESADE y experto en innovación y tecnología. Con una larga trayectoria en el estudio de la IA, ha sido testigo de su evolución desde sus primeras etapas hasta la explosión actual de la IA generativa. En su libro «Qué hacer cuando todo cambIA», analiza cómo esta revolución tecnológica está transformando la economía, la sociedad y la manera en que las empresas operan. Exploramos el impacto de la IA en el mercado laboral, la competencia global entre Europa, EE.UU. y China, y cómo las organizaciones pueden prepararse para un futuro en el que los robots y los agentes serán los protagonistas.
Pregunta: ¿La IA ha venido a cambiarlo todo?
Esteve Almirall: Sí. Ya estamos acostumbrados a las disrupciones tecnológicas y de innovación. Todos hemos vivido alguna. Cuando ocurre una de estas disrupciones, tenemos cierta experiencia para entender lo que viene. Y lo que sucede es que, después de la disrupción, solo quedan dos tipos de organizaciones: las que la han adoptado y las que están muertas.
Después de la disrupción de los PCs, todo el mundo terminó usándolos. Simplemente, no puedes funcionar sin ellos. Con la IA generativa pasará lo mismo. Dentro de unos años será parte de nuestra vida.
En otras entrevistas has dicho que en Europa falta un ecosistema sólido de innovación. ¿Cómo podemos generar este ecosistema a nivel internacional?
Ese es un problema eterno. No diría que es tan antiguo como la IA, pero casi. Europa tiene el gran problema de que es capaz de generar investigación de primer nivel, pero no sabe cómo trasladar esa investigación a la innovación. Y, al final, lo que genera valor es la innovación: crear productos y servicios que la gente compre. Si no innovamos, tenemos que depender de otros sectores, como el turismo, para generar ingresos y poder comprar los productos y servicios que otros países desarrollan. Porque los necesitamos igual.
«Después de la disrupción solo quedan dos tipos de organizaciones: aquellas que la han adoptado y las que están muertas»
¿Vamos a estar pagando la IA con lo que recaudamos de las tasas turísticas?
Es lo que hacemos. Al final, terminamos financiando a Silicon Valley y a China. China está empujando muy fuerte en el campo de la IA. Y cuando lleguemos a la siguiente fase, con avances no solo en IA generativa, sino también en el desarrollo de robots, estos vendrán mayoritariamente de China. Así que, entre esos dos polos nos encontraremos, sin que los ingresos que generemos con el turismo puedan cambiar demasiado esa dinámica. Porque, como todo el mundo, terminaremos necesitando esos avances.
Viendo la subida del tono entre EE.UU. y Europa, ¿podríamos llegar a ver la prohibición de ChatGPT o de Grok en nuestro continente?
Esto en China ya existe. Un fenómeno curioso ha sido la adopción de DeepSeek por parte de toda la sociedad china. Antes, casi no había IA generativa, porque la mayoría de estos modelos eran americanos y apenas se utilizaban. Con la llegada de DeepSeek, ha habido una explosión enorme. De hecho, la administración pública china se ha convertido en un gran impulsor de la IA generativa. Ha habido un crecimiento espectacular.
¿Veremos prohibiciones en Europa? Bueno, en el mundo de la investigación y de los negocios, las cosas no son tan blanco o negro como parecen en los titulares de los periódicos. Apple, por ejemplo, está utilizando modelos de Alibaba para vender iPhones en China. Los nuevos modelos de Baidu son muy baratos, por lo que la gente los usará mucho. Las dinámicas son más complejas de lo que parecen. Y van a seguir siéndolo.
«La tecnología avanza a la velocidad de la tecnología, pero la adopción de la tecnología es un fenómeno social, es un fenómeno humano»
¿Es muy difícil ponerle puertas a la IA?
Es muy complicado establecer restricciones y que realmente se apliquen de manera efectiva. Además, la presencia de China en este ámbito es cada vez mayor. El uso de modelos chinos crecerá, sobre todo porque son más baratos y eficientes. Además, en sistemas basados en agentes, donde se utilizan diferentes modelos de lenguaje para distintas tareas, no es necesario que todos tengan la misma calidad. Así que se optará por soluciones más económicas, y muchas de ellas serán chinas.
Nosotros también tenemos nuestro propio modelo, ALIA, ¿podría integrarse en los organismos públicos?
Sí. Hay un componente importante en la creación de este modelo, que es el aprendizaje y el hecho de mantener grupos de investigación en el nivel más alto a nivel mundial. De todas formas, creo que en Europa nuestra oportunidad está más en los agentes que en los modelos de lenguaje. Si logramos desarrollar un modelo de lenguaje competitivo a nivel mundial, fantástico, pero va a ser muy difícil. La carrera es muy rápida, todo el mundo avanza a gran velocidad, y mantenerse en la competencia será un reto enorme.
Pero en el campo de los agentes sí tenemos una gran oportunidad, especialmente en las nuevas áreas emergentes como la robótica. O nos ponemos al día, o lo pasaremos mal. La robótica humanoide será clave en la evolución de las nuevas formas de producción en la industria.
«En Europa esto es un problema, tenemos sectores muy regulados, con estructuras oligopólicas, y eso baja la intensidad competitiva»
En 2030, según Nvidia, tendremos un déficit de 50 millones de trabajadores, ¿podríamos ver en esos robots una oportunidad para equilibrar un poco la fuerza laboral?
Más nos vale. Porque, claro, si consigues fabricar coches cuatro veces más baratos, ¿cuántos más se van a comprar? Y no solo coches, cualquier otro producto. O si usamos robots para la construcción, para levantar edificios, el impacto sería enorme. Así que, si tenemos una mano de obra robotizada a un coste muy inferior al de los humanos, el modelo de producción cambia por completo. Estamos entrando en una era completamente diferente. Ahora, ¿cómo organizarán las sociedades esta transición? Esa es otra historia.
Desde el punto de vista económico: ¿qué va a pasar con todos los profesionales que van a quedar desplazados?
Esto no es nuevo. Cuando llegó la Revolución Industrial, hubo muchas profesiones que desaparecieron. Tenemos esa tendencia a pensar que las profesiones y el conocimiento especializado son fijos en el tiempo y en el espacio, y no es así. No había community managers antes de Internet. El conocimiento especializado surge a partir de la tecnología disponible, y es muy difícil predecir qué nuevas profesiones aparecerán con una tecnología tan genérica como la IA. Pero lo que es seguro es que surgirán.
«Tenemos dos olas que nos vienen encima: la primera son los agentes y la segunda son los robots»
Toda esta gente que quede desplazada de los trabajos físicos, ¿va a poder acceder a estos otros trabajos? ¿O vamos a tener que inventar algún tipo de redistribución?
Yo creo que sería interesante reinventar algún tipo de redistribución, pero no solo por esta razón, sino por otra cuestión más profunda. Muchas de estas tecnologías generan monopolios naturales. Ocurre con empresas como Google. Al tener un coste marginal muy bajo, pueden escalar hasta el infinito, y nuestra sociedad no está preparada para eso. Nuestra sociedad fue diseñada para los siglos XVIII y XIX, donde los beneficios estaban más o menos distribuidos de manera equitativa y no existían estas dinámicas de monopolios tecnológicos. Ahora, con este tipo de tecnologías, la situación es diferente.
Pero, más allá de eso, también tenemos que pensar en cómo las profesiones evolucionan. Siempre pongo el ejemplo de los contables. En aquel tiempo, la contabilidad manual era fundamental, pero cuando surgieron herramientas como Excel, todo cambió. En lugar de desaparecer, los contables evolucionaron. Lo mismo nos va a pasar ahora. Como sociedad, nos toca subir de nivel. Editar un texto antes requería un esfuerzo humano, pero ahora lo hace ChatGPT. Si no subimos el nivel, no vamos a poder competir.
Si yo soy una empresa, ¿cómo me acerco por primera vez a la IA?
Hay dos maneras. El primer paso es hacer que ese uso profesional de la IA se integre en la empresa como algo normal. Todo este mundo evoluciona muy rápido, y hay que estar al día. Lo segundo es entender que la forma de competir va a cambiar. La IA generativa no es diferente de otras disrupciones. Vamos hacia empresas más pequeñas, más especializadas, con mayores resultados y beneficios mucho más altos. No solo porque trasladamos tareas de humanos a máquinas y reducimos costes, sino porque en un mercado elástico, donde bajar el precio aumenta la demanda, podemos escalar de una manera que antes era impensable.
Y ese es el punto clave para las empresas. Ahorrar en costes está bien, pero no es lo más importante. Lo importante es ganar más. Entonces, ¿cómo aplicar esto en una empresa? Hay que analizar si está en un mercado elástico, donde al bajar precios puede aumentar el mercado y, por tanto, generar más ingresos. También hay que evaluar el coste marginal de adoptar IA. Ahora mismo, en IA generativa no es tan bajo, pero con los nuevos modelos chinos está bajando rápidamente.
Lo importante es decidir dónde quieres situarte. Si te posicionas en la vanguardia tecnológica, vas a ganar y perder a la vez, porque es un territorio experimental. Lo que no es una opción es quedarse atrás.
«Si quieres situarte en la frontera de la tecnología vas a ganar, pero también vas a perder; lo que no es bueno es situarse detrás»
Si alguien empieza hoy en esto, ¿realmente está llegando tarde o no?
Bueno, hay que entender algo muy importante en las disrupciones. La tecnología avanza a la velocidad de la tecnología. Pero la adopción de la tecnología no sigue ese mismo ritmo. La adopción es un fenómeno social, es un fenómeno humano, y por lo tanto, avanza a velocidad social y humana.
Habrá empresas que adopten la tecnología de inmediato porque operan en un entorno con una intensidad competitiva muy alta y, si no lo hacen, corren el riesgo de desaparecer. Pero también hay empresas que tienen lo que podríamos llamar intensidad competitiva negativa, es decir, sectores donde la presión para adoptar la tecnología es inexistente. Por ejemplo, la administración pública. En estos sectores, la urgencia de adoptar nuevas tecnologías es mucho menor.
¿La administración pública se está poniendo las pilas?
La administración tampoco es un conjunto homogéneo. Hay administraciones que funcionan muy bien, como Hacienda en España. Otras, en cambio, funcionan muy mal. En Europa, esto es un problema importante porque tenemos sectores muy regulados, con estructuras oligopólicas, lo que reduce la intensidad competitiva. Y cuando la intensidad competitiva es baja, la adopción de tecnología es más lenta. La intensidad competitiva es lo que marca la adopción de la tecnología. Si tienes una panadería, probablemente la IA generativa no te afecte mucho.
«La IA generativa hace lo mismo que otras disrupciones: trasladar cosas que antes hacían grupos humanos a código»
¿Podrías darnos una frase que resuma lo que nos espera en 2025?
Este 2025 va a ser, por un lado, una época de evolución, pero si tuviera que resumirlo en una frase: tenemos dos grandes olas que nos vienen encima. La primera son los agentes, que van a cambiar radicalmente la forma en que operan las empresas. La segunda son los robots, en forma de humanoides y de coches autónomos. Al final, da igual si tienen ruedas o pies, los dos son robots. Y esas dos revoluciones, los agentes y los robots, van a cambiar la humanidad.
Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.