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En un fallo considerado pionero dentro del sistema judicial estadounidense, un juez del estado de Washington ha dictaminado en contra de admitir como evidencia en un juicio por triple homicidio unos vídeos ‘mejorados’ con inteligencia artificial (IA). Este caso, que involucra a Joshua Puloka acusado de un tiroteo fuera de un bar en Seattle en 2021, ha puesto en el punto de mira la validez de las pruebas forenses alteradas mediante tecnología de IA.

La defensa buscaba introducir como prueba un vídeo grabado con un teléfono móvil y posteriormente ‘mejorado’ mediante software de IA, argumentando que proporcionaría una visión más clara de los eventos. Sin embargo, la fiscalía y expertos independientes han criticado la fiabilidad de dichas mejoras, señalando que la IA no recupera información no capturada originalmente, sino que especula y rellena ‘huecos’ mediante cálculos probabilísticos.

El juez del condado de King fundamentó su decisión en la naturaleza novedosa de la tecnología empleada para la mejora del vídeo, señalando que su uso podría llevar a una confusión de los hechos y un entorpecimiento del testimonio de testigos oculares. La fiscalía argumentó que la tecnología inventa, no reconstruye, y calificó las imágenes mejoradas de «inexactas, engañosas y poco fiables».

Un fallo judicial en Washington cuestiona la fiabilidad de las ‘mejoras’ realizadas por IA en evidencia forense, marcando un hito en la intersección de la tecnología y la ley.

La tecnología responsable de estas ‘mejoras’, desarrollada por la empresa Topaz Labs, había sido cuestionada previamente por su aplicación en contextos forenses y legales. La propia empresa ha recomendado no usar su tecnología con ese fin, insistiendo en las diferencias entre mejorar visualmente un video para propósitos creativos y alterar evidencia utilizada en un juicio.

Este fallo sienta un precedente en el debate sobre la fiabilidad forense de la inteligencia artificial, después de que varios expertos en el campo solicitaran someter a una mayor investigación su uso en este contexto. La decisión del juez resalta la necesidad de un análisis crítico y cauteloso del uso de tecnologías emergentes en el ámbito judicial, especialmente cuando la integridad de la evidencia está en juego.

La decisión judicial en el estado de Washington marca un momento crucial en la evaluación de la inteligencia artificial como herramienta en el proceso legal. Mientras la tecnología continúa avanzando a pasos agigantados, este caso subraya la importancia de equilibrar la innovación con la precisión y la justicia en la administración de la ley.

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