Un exingeniero de software de Google, Linwei Ding, de nacionalidad china, ha sido arrestado y acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de robar secretos comerciales de inteligencia artificial (IA) de la compañía mientras trabajaba secretamente para dos empresas con sede en China. Ding, de 38 años, enfrenta cuatro cargos de robo de secretos comerciales federales, cada uno con una pena máxima de hasta 10 años de prisión.
Este caso, anunciado por el Fiscal General Merrick Garland durante una conferencia de la American Bar Association en San Francisco, resalta las crecientes preocupaciones sobre el espionaje económico chino y los riesgos de seguridad nacional que representan los avances en inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes.
El Departamento de Justicia de EE.UU. acusa a un exingeniero de Google de sustraer secretos comerciales relacionados con la inteligencia artificial, marcando un nuevo episodio en la tensión tecnológica entre EE.UU. y China.
«Los cargos de hoy son la última ilustración de hasta dónde están dispuestos a llegar los afiliados de empresas con sede en la República Popular China para robar la innovación estadounidense», declaró el Director del FBI, Christopher Wray. El robo de tecnología innovadora y secretos comerciales a empresas estadounidenses puede tener consecuencias devastadoras en términos de pérdida de empleos y seguridad nacional.
Google, tras determinar que Ding había sustraído «numerosos documentos», remitió el caso a las autoridades. «Tenemos estrictas salvaguardas para prevenir el robo de nuestra información comercial confidencial y secretos comerciales», dijo el portavoz de Google, Jose Castaneda.
La inteligencia artificial se ha convertido en el principal campo de batalla para los competidores en el ámbito de la alta tecnología, y la dominación en este sector tiene importantes implicaciones comerciales y de seguridad. Los líderes del Departamento de Justicia han expresado su preocupación sobre cómo los adversarios extranjeros podrían utilizar las tecnologías de IA para afectar negativamente a Estados Unidos.
La acusación desvelada el miércoles en el Distrito Norte de California alega que Ding, contratado por Google en 2019 y con acceso a información confidencial sobre los centros de datos de supercomputación de la empresa, comenzó a subir cientos de archivos a una cuenta personal de Google Cloud hace dos años. Poco después del inicio del robo, Ding recibió una oferta para ser el director de tecnología de una empresa tecnológica emergente en China que promocionaba su uso de tecnología de IA y le ofrecía un salario mensual de aproximadamente $14,800, además de un bono anual y acciones de la empresa.
Ding también fundó y se desempeñó como CEO de una startup con sede en China que aspiraba a entrenar «modelos de IA grandes alimentados por chips de supercomputación». No reveló ninguna de estas afiliaciones a Google, que lo describió como un empleado de bajo nivel.
El caso contra Ding subraya la tensión entre Estados Unidos y China en el ámbito de la tecnología y la seguridad nacional. Mientras las empresas estadounidenses buscan proteger sus innovaciones, el caso de Ding sirve como un recordatorio de los desafíos que enfrentan en un entorno globalizado donde la información y la tecnología pueden cruzar fácilmente las fronteras nacionales.
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