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El reciente lanzamiento del generador de imágenes de OpenAI, basado en el modelo GPT-4o, ha vuelto a abrir el debate sobre los derechos de autor en el entrenamiento y en el estilo de las imágenes generadas por el modelo.

Este nuevo generador de imágenes ha generado una ola de creatividad por parte de los usuarios que han podido usarla, los cuales han compartido sus creaciones a través de las redes sociales como X. Usuarios de todo el mundo están compartiendo imágenes generadas con IA al estilo de grandes estudios de animación como el Studio Ghibli, un icónico estudio de animación japonés conocido por películas como «Mi vecino Totoro» y «El viaje de Chihiro«, o el famoso estudio Pixar, creador de grandes películas como «Cars», «Toy Story», «Up», entre otras. Estas imágenes generadas por los usuarios van desde versiones estilizadas de figuras públicas, memes o reinterpretaciones de escenas de películas populares.

Incluso el CEO de OpenAI, Sam Altman, ha adaptado su foto de perfil al estilo del Studio Ghibli, creada con el generador de imágenes de GPT-4o.

La generación de estas imágenes plantea dilemas éticos y legales.

Sin embargo, esta innovación ha vuelto a abrir el debate sobre las implicaciones legales y éticas del uso de IA en la creación artística. La facilidad con la que se pueden replicar estilos de obras protegidas por derechos de autor plantea interrogantes sobre la posible infracción de estos derechos. Aun así, según algunos expertos como Evan Brown, abogado especializado en propiedad intelectual del bufete Neal & McDevitt, el estilo en sí de las obras no está explícitamente protegido por derechos de autor, lo que sitúa a herramientas como esta en una zona gris legal. No obstante, si para entrenar este tipo de herramientas se ha usado contenido protegido por derechos de autor, podrían surgir disputas legales por el uso de ese contenido durante la fase de entrenamiento.

En respuesta a estas preocupaciones, en una declaración a TechCrunch, un portavoz de OpenAI afirma que, aunque ChatGPT se niega a replicar «el estilo de artistas vivos individuales», pero OpenAI sí le permite replicar «estilos de estudio más amplios».

Otras compañías han tenido problemas similares a los que se puede enfrentar OpenAI. Por ejemplo, recientemente Google lanzó una herramienta de creación de imágenes para su modelo Gemini Flash, el cual se hizo viral por eliminar las marcas de agua de imágenes protegidas por derechos de autor con una perfección casi impoluta.

Iniciativas internacionales muestran la preocupación global con el auge de la IA.

A nivel internacional, diversas entidades y artistas importantes han mostrado su inquietud sobre este tema. Por ejemplo, en febrero de 2025, más de mil músicos, incluyendo a Damon Albarn y Annie Lennox, un «álbum silencioso», la protesta de mil músicos británicos contra la IA titulado: «Is This What We Want?» (¿Es esto lo que queremos?) como protesta a que algunas empresas de IA usen obras protegidas para entrenar sus modelos.

En España, el Gobierno ha propuesto algunas reformas en el Código Penal para abordar amenazas digitales, incluyendo el uso de la IA para generar y difundir imágenes falsas que afecten a menores de edad.

Mientras la tecnología avanza y herramientas como el generador de imágenes de ChatGPT revolucionan la creación artística, es esencial encontrar un equilibrio entre la innovación y el respeto por los derechos de los creadores originales. La comunidad global enfrenta el desafío de establecer marcos legales y éticos que regulen el uso de la IA.

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Gerard Quintana

Periodista. Me encanta el periodismo y la tecnología.

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