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Google ha presentado su informe ambiental de 2024, subrayando importantes progresos en sostenibilidad mientras se enfrenta a arduas críticas sobre el consumo energético de la inteligencia artificial. El informe refleja cómo están trabajando en Google para reducir su huella de carbono mediante inversiones en energías renovables y optimización de sus centros de datos.

Google está explorando el uso de algoritmos de IA y la imaginería aérea para implementar techos reflectantes, conocidos como «cool roofs», que ayuden a ahorrar energía y reducir las temperaturas tanto interiores como exteriores. Además, la compañía combina datos del satélite MethaneSAT con sus capacidades de mapeo para monitorear y mitigar las emisiones de metano provenientes de la industria del petróleo y gas.

Google proporciona información detallada sobre olas de calor, incluyendo cuándo se espera que comiencen y terminen, y consejos para mantenerse fresco, a través de su motor de búsqueda en más de 100 países. Asimismo, Google colabora con la industria aérea para desarrollar mapas de previsión de estelas de condensación, optimizando rutas de vuelo para reducir estas emisiones en un 54% en pruebas iniciales.

Optimización

La IA ofrece soluciones transformadoras al optimizar sistemas complejos. Los termostatos Nest de Google han ayudado a sus clientes a ahorrar más de 20 mil millones de kWh de energía en 2023. Además, Tapestry, una herramienta de Alphabet, crea una vista virtual del sistema eléctrico, permitiendo predecir y simular eventos futuros en la red eléctrica, mejorando así la eficiencia en la gestión de la energía.

Desafíos y esfuerzos continuos

Aunque la IA ofrece soluciones prometedoras para la acción climática, también tiene un impacto ambiental significativo. En 2023, el consumo de electricidad de los centros de datos de Google aumentó un 17%, a pesar de mantener un 100% de energía renovable a nivel global. Google se compromete a mejorar la eficiencia de sus modelos de IA y su infraestructura, y a alcanzar emisiones netas cero en todas sus operaciones para 2030. La compañía ha implementado varias estrategias para reducir su huella de carbono, incluyendo el uso de energías renovables y tecnologías avanzadas de enfriamiento y gestión del agua.

Google también está trabajando en la optimización de sus modelos de IA y en la mejora de la eficiencia energética de sus centros de datos, con un enfoque en la reducción de emisiones y el uso responsable del agua y otros recursos. La empresa reconoce la complejidad de predecir el futuro impacto ambiental de la IA, pero está comprometida a gestionar este impacto de manera responsable y colaborativa.

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