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Gina Tost, secretària de Polítiques Digitals de la Generalitat de Catalunya, ha compartido su visión sobre el futuro de la inteligencia artificial, defendiendo la necesidad de una regulación efectiva de la IA. En la entrevista, ha podido también repasar las iniciativas que Catalunya está implementando para abordar estos desafíos y su visión sobre el futuro de estas tecnologías en la creación digital.

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Desafíos y potencial de la IA en el ecosistema creativo

Para Gina uno de los aspectos más polémicos de la IA es la opacidad en los procesos de entrenamiento de estas herramientas: «Cuando se ha preguntado a los responsables [de la IA] con qué la habían entrenado, siempre han salido con evasivas». Esto plantea un desafío significativo para el futuro del trabajo en el ecosistema creativo, donde los profesionales «tienen que pagar una cuota» para utilizar herramientas que han sido entrenadas con sus propias creaciones.

A pesar de estas controversias, Gina defiende que la IA debe ser vista como una «herramienta de apoyo» para los creadores. Tost ha citado también el ejemplo de la obra «Berenguera de Vilamur» de Gerard Franch y Maria Jover, quienes utilizaron IA para acelerar y mejorar el proceso creativo. Sin embargo, Tost cree que la «última milla» tiene que ser siempre «humana». Es decir, la esencia y el alma del trabajo creativo son humanas aunque la IA actúe como facilitadora en el proceso.

La necesidad de regulación en la IA

La regulación de la IA es esencial para su desarrollo responsable, según Tost: «La innovación no tendría sentido sin la regulación», ya que «necesitas unos buenos cimientos para poder hacer crecer la casa, porque si no te sale torcida». Además, ha subrayado la importancia de garantizar los derechos laborales, humanos y de privacidad, y para lograrlo, las empresas tecnológicas deben cumplir con unas pautas específicas de actuación. Así pues, la solución radica en la existencia de normas globales que las tecnológicas deben acatar.

Un ejemplo de regulación es el GDPR (Reglamento General de Protección de Datos) en Europa, que establece que «los datos de los usuarios pertenecen a los usuarios». Gina asegura que, aunque la regulación tecnológica en Europa tenga sus ritmos, es considerada un referente en muchos otros países: «De repente el resto de países que no están dentro de la Unión Europea han dicho: ‘yo también quiero esto'».

Desigualdad y brecha digital

Gina también reconoce la existencia de una brecha digital entre los países y subraya la importancia de una legislación justa para evitarla. Un ejemplo es el Proyecto Giga, una iniciativa impulsada por el Govern de la Generalitat que busca conectar todas las escuelas del mundo a Internet, permitiendo que todos los niños y niñas tengan acceso a recursos online. Y en Catalunya, Tost defiende la importancia del Barcelona Supercomputing Center como motor de desarrollo de estas tecnologías.

Para erradicar la desigualdad, Gina también reconoce la necesidad de contar con profesionales competentes y una legislación sólida para tomar decisiones sobre tecnología e inteligencia artificial. Y también la importancia de actualizar la GDPR a medida que las nuevas tecnologías avancen.

Reducción de la jornada laboral

La secretària de Políticas Digitales de la Generalitat de Catalunya ha explicado que la jornada laboral «está cambiando» como consecuencia de los avances tecnológicos, y es «crucial garantizar que los derechos de los trabajadores sigan estando garantizados». También ha remarcado que la formación continua es esencial para que los profesionales se adapten a nuevas herramientas tecnológicas.

Para Tost, Catalunya está muy preparada para el presente y futuro de la inteligencia artificial con su estrategia Catalonia.ai, que incluye talento, investigación y desarrollo, así como el apoyo a las empresas. Con más de 480 empresas dedicadas exclusivamente a la IA y grandes corporaciones internacionales como Sony estableciéndose en la región: «Tenemos un ecosistema muy preparado para poder afrontar los retos tecnológicos del futuro y seguir avanzando a nivel industrial».

Por otra parte, Catalunya ha implementado el Observatorio de Ética en Inteligencia Artificial (OEIAC) y la Comisión de Inteligencia Artificial para asegurar el uso ético y responsable de la IA y su correcta implantación en la administración pública, respectivamente.

La región trabaja en conjunto con diferentes departamentos, especialmente con el de educación, para integrar la tecnología en las aulas de manera efectiva. Proyectos como el modelo PIO para autoevaluación ética de datos e IA y la colaboración internacional con iniciativas como el Proyecto Giga muestran el compromiso de Catalunya con un desarrollo tecnológico inclusivo y regulado, asegurando que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de estos avances.

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