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Elon Musk ha mostrado en X el supercomputador que está construyendo en la sede de Tesla en Austin (Texas). Toda esta potencia, que incluye unos 100.000 GPUs de nVIDIA H100 y H200, se usará para desarrollar la IA y el machine learning en sus productos. Este paso es muy importante, ya que reforzará su capacidad para entrenar el Optimus, su robot humanoide, y también se podría usar para mejorar el sistema de conducción autónoma de sus Tesla.

Este centro de computación implicará una ampliación de sus instalaciones para poder acoger los nuevos servidores y sus vastos sistemas de ventilación y enfriamiento. Además, esta infraestructura es crítica para mantener la apuesta de la compañía por los Robotaxi, su servicio de vehículos autónomos a demanda.

El Cortex es solo el principio: Musk inauguró el año pasado Dojo, un supercomputador que instalado en Buffalo, Nueva York, y que permitió mejorar el sistema de conducción autónoma de los Tesla. Estas inversiones responden a una tendencia en el sector tecnológico, en el que las empresas apuestan por centros de procesamiento potentes para poder mantener el desarrollo de sus productos.

El plan de Musk para dominar en IA

El empresario creó la empresa xAI dedicada a desarrollar su propia Inteligencia Artificial. Grok, que ya está disponible para los usuarios premium de X, forma parte de su apuesta firme por competir contra OpenAI. Además, Musk se ha mostrado contrario a poner muchos guardarraíles en el uso de su IA, sobre todo en generación de imágenes, un terreno en el que las empresas de IA habían sido muy cautelosas hasta el momento. Esta libertad es probable que seduzca a gran parte de los usuarios, que se sienten frustrados cuando usan otras herramientas de generación de imágenes y ven sus límites.

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