Para la mayoría de las personas, aquel 30 de noviembre de 2022 fue un día normal: el Covid-19 ocupaba todavía alguna portada en prensa, aunque la conversación social estaba en Qatar, con el mundial de fútbol. Lo que nadie esperaba era el gran ‘tsunami’ tecnológico que comenzaba en la costa oeste de Estados Unidos y que en poco más de una semana arrasaría el mundo entero. En seis días, ChatGPT logró llegar a más de un millón de usuarios.
Dos años más tarde, la compañía ha superado los 200 millones de usuarios semanales. En la actualidad, la IA ya ha pasado a formar parte de la agenda diaria de inversores, gobernantes y ciudadanos. Nvidia ha experimentado un crecimiento exponencial sin precedentes, la Unión Europea abandera la regulación, y las startups de IA se han multiplicado.
Lo que está claro es que el mundo ya no es el mismo que hace dos años y el sector ‘tech’ está viviendo uno de sus mejores momentos. Algunos analistas hablan de burbuja, y en agosto, de hecho, las ‘tech’ experimentaron un ‘amago’ de desplome en Bolsa. Sin embargo, las últimas rondas de financiación y la actualización constante de las herramientas de IA envían un mensaje claro: todavía queda recorrido y esto no ha hecho más que empezar.
OpenAI y su ambicioso plan por llegar a la AGI
Nivel 5: Organizaciones
Es la IA más avanzada, capaz de manejar las tareas de toda una organización compleja.
Nivel 4: Inventores
Estos sistemas de IA pueden ayudar en la creación de nuevas ideas o invenciones.
Nivel 3: Agentes
Sistemas que pueden pasar a la acción. La IA en este nivel puede realizar tareas de manera autónoma tomando decisiones basadas en datos.
Nivel 2: Razonadores
Este nivel implica IA que puede razonar y resolver problemas a un nivel similar al humano.
Nivel 1: Chatbots
IA con lenguaje conversacional. Estos son sistemas de IA básicos diseñados principalmente para la conversación, como los chatbots actuales.
Se ha hablado muchas veces de esta hoja de ruta que los creadores de ChatGPT no dudaron en compartir, también con la intención de colocar la empresa de nuevo en la agenda. Su objetivo: llegar a desarrollar una IA capaz de realizar el trabajo de organizaciones enteras (empresas, instituciones…). De momento, podemos decir que se ha alcanzado el nivel 2 de razonadores. Es decir, una IA que va resolviendo un problema paso a paso. Ahora queda la parte más difícil: lograr crear agentes capaces de pasar a la acción y controlar, por ejemplo, un ordenador. A largo plazo, los de Sam Altman se plantean la posibilidad de que la tecnología llegue a realizar el trabajo de organizaciones enteras.
Cronología: así ha ido evolucionando ChatGPT
En estos dos años, su tecnología ha ido mejorando, también impulsada por la competencia de otras compañías. Todos quieren ofrecer el mejor producto y eso alimenta la innovación. GPT-4, que ya era un modelo muy avanzado, dio paso al primer modelo multimodal capaz de analizar imágenes, texto y audio. Si todo va según lo previsto, OpenAI podría hacer público muy pronto su modelo de vídeo, capaz de analizar las aplicaciones del ordenador y también el entorno del usuario (como realizar una videollamada con la IA).
Este otoño, además, ha ido marcado por el lanzamiento del modo de voz avanzado a todos los usuarios. La posibilidad de hablar directamente con la IA prácticamente en tiempo real abre la posibilidad a que se integre en toda clase de dispositivos. Ya no solo la posibilidad de llevarla en unas gafas (como es el caso de las Ray-Ban Meta), sino también hablarle a la nevera, al coche… Y que respondan en lenguaje natural.
La competencia alimenta la innovación
Las tecnológicas que ya disponían de plataformas con muchos usuarios, como Microsoft o Google, están liderando también la batalla por reconvertir sus servicios a la IA. Posiblemente, la mayoría de organizaciones han visto llegar esta tecnología a través de Copilot, que se está integrando en el ecosistema de las aplicaciones de Office. Lo mismo ocurre con Google, que ya está incorporando Gemini a su correo electrónico. Por no hablar de Adobe, que ha impulsado su ‘suite’ de herramientas bajo el paraguas de ‘Firefly‘. Todos ellos son pasos naturales que acercan la IA generativa a un consumidor todavía ‘dormido’.
En el futuro, se espera que Amazon y Apple, que cuentan con millones de altavoces inteligentes en los hogares, apuesten en firme por esta tecnología como motor para sus asistentes inteligentes. No hacerlo les situaría en una desventaja competitiva imposible de salvar. La plataforma de comercio electrónico ya está dando pasos para actualizar su Alexa con el modelo Claude, de Anthropic.
El año tres de la Era GPT
Podríamos intentar describir cómo será el futuro, pero ni siquiera la mejor IA sería capaz de hacerlo. Viendo el ritmo que ha cogido la innovación, lo mejor es leer Paréntesis MEDia todos los días, como mínimo la sección de (Destacados), y no dejar de iterar.