Autores y editores franceses acusan a Meta de explotar sus obras sin permiso para entrenar su inteligencia artificial
Meta se enfrenta a una demanda en Francia por parte de las principales asociaciones de editores y autores del país. La acusación señala que la compañía ha utilizado contenido protegido por derechos de autor para entrenar sus modelos de inteligencia artificial sin autorización, un acto que las organizaciones califican de «parasitismo» económico.
La demanda ha sido presentada esta semana ante el Tribunal Judicial de París por el Sindicato Nacional de la Edición (SNE), el Sindicato Nacional de Autores y Compositores (SNAC) y la Sociedad de Gente de Letras (SGDL). Según las asociaciones, Meta habría utilizado obras literarias y contenido protegido para entrenar sus sistemas de IA, lo que consideran una explotación injusta del trabajo intelectual de los creadores.
Maia Bensimon, delegada general del SNAC, ha expresado en una conferencia de prensa que lo ocurrido representa un «saqueo monumental».
Una batalla más amplia
Este caso se enmarca en un contexto global de creciente controversia sobre el uso de contenido protegido en el entrenamiento de modelos de IA. En Estados Unidos, Meta y otras empresas como OpenAI hacen frente a demandas similares. Autores reconocidos, entre ellos Sarah Silverman y Richard Kadrey, han acusado a estas compañías de utilizar sus obras sin permiso ni compensación.
El debate sobre la legalidad y ética del uso de datos protegidos para entrenar sistemas de IA ha ganado fuerza en los últimos meses. Un estudio encargado por el Parlamento Europeo advirtió que el entrenamiento de modelos generativos podría violar derechos de propiedad intelectual, subrayando la urgencia de establecer regulaciones claras en este ámbito.
Meta responde a las acusaciones
Meta ha refutado en otras ocasiones las acusaciones de infracción de derechos de autor en el entrenamiento de sus sistemas de IA. La compañía defiende que su tecnología no genera contenido que infrinja la propiedad intelectual de terceros. Sin embargo, el proceso judicial en Francia podría ser importante para determinar la legalidad de estas prácticas en Europa.
Para los demandantes, el objetivo es preservar el valor de las obras originales y asegurar que los creadores reciban una compensación justa por el uso de su trabajo en el desarrollo de nuevas tecnologías.
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