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Recientemente, ChatGPT ha revolucionado la generación de imágenes mediante IA con su actualización del modelo GPT-4o. Esta nueva función desató un gran furor en las redes sociales, llenándolas de imágenes generadas por IA. Aun así, algunos usuarios debatieron y criticaron el impacto de estas generaciones hacia el medio ambiente, sobre todo por lo que respecta al agua. Pero, ¿cuánta agua se gasta realmente?

Según Alberto Vergés, director en Sunomono Films Barcelona, por cada imagen generada se usa aproximadamente un litro de agua. Aunque en su post de LinkedIn recalca que al generar una imagen, este litro de agua no se consume, sino que se transforma; No, NO se ‘consume’, NO desaparece, solo se transforma, el planeta NO se seca». Alberto comenta que este litro de agua sigue su curso natural, tras ser utilizado para refrigerar los generadores de IA, ya sea siguiendo el ciclo del agua en forma de vapor, agua más caliente o en agua residual que requiere algún tipo de tratamiento para poder volver a usarse.

Imagen generada por ChatGPT, con datos y estudios técnicos – Alberto Vergés

No obstante, el problema real no radica en el uso del agua para estas tecnologías, sino en la gestión local de los recursos hídricos. Ya que en áreas donde los centros tecnológicos son abundantes, la gran cantidad de agua utilizada para enfriar estos grandes centros puede reducir la disponibilidad inmediata para otros usos esenciales, como la agricultura, el consumo humano o otros usos industriales.

Para poner un ejemplo, en zonas como Virginia en Estados Unidos, donde hay una gran densidad de estos centros de IA, el consumo de agua por parte de estos aumentó casi dos tercios entre 2019 y 2023, alcanzando los 7.003 millones de litros en 2023. Este importante incremento genera preocupación en este tipo de regiones ya afectadas por el estrés hídrico. Por tanto, el problema está en la masificación y el exceso de consumo de agua en algunas regiones, pero no en la contaminación de estas instalaciones. Por este motivo, es de suma importancia regular y monitorear las ubicaciones de estos centros de datos, para poder garantizar que su impacto en los recursos hídricos locales no sea excesivo.

Las empresas buscan reducir su impacto hídrico.

Las empresas tecnológicas son conscientes de estos desafíos y del coste de estos recursos; por este motivo, buscan minimizar el impacto y reducir el consumo eléctrico e hídrico. Algunas optan por desarrollar sistemas de enfriamiento más eficientes que reducen el consumo de agua, mientras que otras optan por establecer sus centros de datos en zonas con un clima más frío para poder aprovechar el enfriamiento natural. Otras empresas como Lenovo han explorando soluciones de enfriamiento por aire y el uso de agua reciclada para minimizar el uso de agua potable.

Para poner en contexto o comparar el consumo de agua por parte de una IA al generar una imagen, Alberto Vergés, en su post de LinkedIn, ha dado datos sobre el consumo de agua de diferentes alimentos cotidianos. Por ejemplo, menciona: «Lo acabo de buscar en internet y he puesto valores aproximados, pero es para recordar de qué estamos hablando:⁣ 1 vaso de leche son 200 litros de agua, 1 taza de café son 270 litros de agua y 1 hamburguesa son 2.500 litros de agua«.⁣ Con estos ejemplos, nos demuestra que el impacto hídrico de la IA no es tan elevado comparado con el de otros alimentos básicos.

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Gerard Quintana

Periodista. Me encanta el periodismo y la tecnología.

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