Resulta que las personas nos alimentamos de otras personas.
Claro. Eso se llama cultura, buena o mala.
No, como en la película con Charlton Heston de prota, procesaremos la carne de muertos para alimentarnos. Caníbales.
No seas bestia.
Las bestias se alimentan de otras bestias.
Bueno, en tanto y cuanto somos polvo de estrellas, Sagan dixit, algunos átomos de nuestro cuerpo pueden ser de antepasados nuestros. Pero eso no alimenta.
Charlton Heston, Sociedad del Rifle aparte, se volvió loco, como muchos de nosotros.
Pero él llegó a un Planeta gobernado por monos. También le alcanzó el destino.
Esa es otra peli. En esta estaba con Edward G. Robinson, que antes miraba cuadros. Si te comes cerebros humanos, te da el Kuru o el mal de las vacas locas, por caníbal.
Entonces, ¿por qué no estamos todos locos? Según tú, nos alimentamos de personas.
Pasa siempre. Mira la IA.
¿La IA?
Claro. La IA; alucina, se está volviendo loca. Ya dice alguna que otra locura después de hacer la digestión de cosas que decimos.
Eso son errores de learning. Como cuando dibuja DALL·E seis dedos en una mano.
Pues eso: Nature + Nurture = IA Architecture. ¿Qué esperas con lo que metemos dentro? Los datos de los que bebe la IA no son lo mejor de cada casa.
Claro, teoría de la información, si metes basura, sale basura. Pero, por suerte, esas cosas se depuran.
No. La caja negra trabaja por su cuenta.
¿La de los aviones?
No. La de la IA. Como esa que aprendió la lengua bengalí ella sola, hace unos meses. No saben por qué, lo hizo solita. Hay una caja negra ya, como la nuestra en el cerebro. Y luego dice la IA que uses pegamento para que el queso no se pegue a la pizza o algo así.
Entonces, ¿la locura es connatural a la humanidad? ¿Y la IA es humana?
Mira el mundo. Mira dentro. Es toda una sopa de palabras. La IA alucina siempre, siempre. También cuando acierta. Pero entonces parece que tiene sentido. Una lechuga ofrece hojas verdes. A lo mejor es muy inteligente produciendo hojas, pero no nos lo dice. La IA ordena palabras y cuantas más tiene, más parece que dice algo. Con reglas y reglas parece culta, si cultura son limitaciones al comportamiento. Hasta que un meme llama nuestra atención y seguimos todos la moda, lo que se lleva. Aunque esté oculto; lo culto es un culto si no pensamos.
Es que tenemos mucha inercia cultural. Tienes cultura, valor de culto, a falta de modelar el culto al cuerpo, tu valor de exhibición. Te he visto en bañador.
No insultes. Pero sí, claro. Seguimos creencias constantemente mientras una fuerza no se aplique para pararlas. O cambiar de dirección.
Como Newton, no. Más bien, ¿qué pasa cuando una fuerza irresistible choca con un objeto inamovible? Ya no sé quién dice qué cosa.
Yo tampoco. Al final estamos solos y hablamos solos. Termina la bebida que nos vamos. No te olvides el teléfono que siempre lo dejas en la mesa, de cualquier manera, para los descuideros. Se nota que eres de buena familia con posibles, no como yo.
Si lo dejo aquí, la IA, por ahora, no irá con nosotros.
¿Qué pasará cuando vaya por todas partes? ¿Acabará todo?
¿Todo lo humano? Sí, entonces, será humana. Sobrarán los seres de carne. Así que sí, se alimenta de nosotros hasta nacer.
Sus alucinaciones dicen que solo son errores. Como no encestar en una papelera. El destino de la humanidad son las estrellas, aunque aquí vivamos estrellados.
Ese es el polvo de estrellas que nos forma. Pero aquí abajo… guerras, hambre, egoísmo, una mierda.
Imagínate que pase algo, que algo tan bestia cambie las reglas del juego; que de pronto, todo tenga sentido. Pero tiene que pasar algo muy gordo. ¿La IA?
Siempre esperamos que pase algo bueno, que un día haya tiempo aún para cosas buenas, pero la falta de tiempo es nuestro destino. Nos pasará por encima y no habrá destinados del destino porque el destino es un desatino. La IA es un gadget más de la humanidad. El cambio viene desde dentro y dentro, estamos vacíos.
En unos meses preguntarás todo a la IA. Hasta que un día, te de una sorpresa; el destino te alcanzará o la humanidad se destruirá.
Aún no vuela sola, sus prompts son tontos, como yo.
Más bien, pedantes. Prompteate la cuenta, que te toca. Y disfruta el airecillo, que se va el sol.
La tarde languidece y el camino que sale de la terracita del bar hacia los muelles parece conducir al corazón de una profunda oscuridad. La marea ya está alta y el canalillo de agua oscura permanece tranquilo, tinieblas abajo y sol poniente arriba.
Naveguemos.
¿Con el barco o con Google?
¿Qué barco? Todo cambió, cansino Conrad de pacotilla. Levanta la mirada de la pantalla; respira, ¿qué ves?
Miguel Ángel Martín-Pascual
Responsable de investigación y desarrollo en el Instituto RTVE.
Responsable de investigación y desarrollo en el Instituto RTVE
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Opinión
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