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La Comisión Europea ha abierto un expediente formal contra Meta Platforms, acusándola de no implementar medidas adecuadas para prevenir la adicción entre los menores de edad en sus redes sociales más populares, Facebook e Instagram. Este expediente se enmarca dentro de la aplicación del Acta de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés), reflejando una creciente preocupación por los efectos potencialmente adictivos de las plataformas en los usuarios más jóvenes.

Según la Comisión, los sistemas de Facebook e Instagram, incluyendo sus algoritmos, podrían estar diseñados de tal manera que fomenten comportamientos compulsivos entre los niños, un fenómeno preocupante que podría estar violando las nuevas normativas europeas destinadas a proteger la salud mental y física de los menores.

La investigación de Bruselas se centra en cómo los algoritmos de estas plataformas pueden manipular la inexperiencia de los jóvenes para mantenerlos enganchados, exacerbando lo que se conoce como el «efecto madriguera», donde los usuarios son inducidos a consumir contenido cada vez más extremo. Este tipo de prácticas podrían tener consecuencias devastadoras para el bienestar de los menores, contraviniendo sus derechos fundamentales.

Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, y Thierry Breton, comisario de Mercado Interior e Industria, han sido claros en sus declaraciones, subrayando la insuficiencia de las medidas tomadas por Meta para cumplir con las obligaciones impuestas por la DSA, que busca mitigar los efectos negativos en la salud física y mental de los jóvenes.

En respuesta, Meta ha afirmado estar comprometida con proporcionar una experiencia online segura para los jóvenes, destacando que ha desarrollado más de 50 herramientas y políticas en la última década destinadas a protegerlos. Sin embargo, estas afirmaciones son ahora objeto de un análisis minucioso por parte de la Comisión, que pretende determinar si estas herramientas son realmente efectivas y adecuadas.

De confirmarse las sospechas de la Comisión, Meta podría enfrentarse a severas sanciones, incluyendo multas que podrían ascender hasta el 6% de su volumen de negocio global, una cifra que refleja la seriedad con la que la UE está abordando estas preocupaciones regulatorias.

Este no es el primer enfrentamiento entre Meta y la Comisión Europea. En las últimas semanas, Bruselas ya había abierto otro expediente a la compañía por su supuesta inacción ante campañas de desinformación vinculadas a Rusia, destacando una vez más la tensión entre las grandes tecnológicas y los reguladores europeos en torno a la integridad de la información y la protección de los consumidores, especialmente en contextos electorales.

El desenlace de este expediente podría tener repercusiones significativas para el diseño y la operación de redes sociales no solo en Europa, sino a nivel mundial, ya que otros reguladores están observando de cerca el modelo de gobernanza digital de la UE. Además, este caso subraya la creciente voluntad de las autoridades de aplicar controles más estrictos sobre las plataformas digitales que desempeñan un papel central en la vida social y cultural de los menores.

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