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2025: De la «IA generativa» a «la IA operativa»

Bienvenidos al segundo cuarto del siglo XXI. Los primeros 25 años probablemente no han sido lo que se esperaba cuando la noche del 31 de diciembre de 1999 se brindaba con optimismo por la llegada del nuevo milenio. El balance de este primer tramo empieza con los atentados en Manhattan, y pasa por las crisis económicas, el cambio climático que ha incrementado los grandes desastres naturales, guerras en todos los continentes, también en Europa, y el aumento de las desigualdades, las migraciones forzadas y los populismos. Y ni siquiera ha faltado a la cita una pandemia global.

Internet, la «hiedra digital»

La parte más positiva es que ha sido un cuarto de siglo de grandes avances tecnológicos y científicos. Temas como la edición genómica o el desarrollo de vacunas han marcado hitos importantes. Pero estos avances han sido posibles por la generalización de Internet, que ha propiciado también la aparición de los teléfonos inteligentes y de las redes sociales. La «hiedra digital» se ha infiltrado en todos los rincones de la actividad humana.

Inteligencia humana aumentada

El cambio de cuarto de siglo llega en un momento crucial. La «inteligencia humana aumentada», popularmente conocida como «inteligencia artificial» (IA), emerge como una herramienta clave para transformar el mundo de manera positiva. Esta tecnología ofrece soluciones a retos globales como la transición energética, la mejora de la calidad de vida y la promoción de la igualdad de oportunidades. Sin embargo, también puede ser utilizada con fines negativos, algo que no depende de la tecnología en sí, sino de su gestión humana.

En este contexto, algunas incertidumbres podrán aclararse pronto. Por ejemplo, ¿Qué implicarán los cambios políticos y tecnológicos, con la llegada dentro de tres semanas de Donald Trump y Elon Musk a la Casa Blanca?

Llegan los «agentes»

Lo que ya nadie discute es que 2025 marcará un nuevo salto: pasaremos de «la IA generativa» a «la IA operativa». Esta nueva fase irá más allá de crear ideas o contenidos para centrarse en desarrollar agentes capaces de actuar en tareas complejas, desde la gestión inteligente de recursos hasta la toma de decisiones en tiempo real. Este avance promete cambiar profundamente nuestra manera de vivir y trabajar.

Quedarse al margen

Entramos en una etapa de retos y aprendizajes. El equilibrio entre tecnología y humanidad será crucial para determinar la dirección del mundo en las próximas décadas. Las decisiones que tomemos hoy deben orientarse a construir un futuro inclusivo, ético y sostenible.

Es esencial que todos los ciudadanos, independientemente de su posición o edad, dediquen tiempo a estudiar y experimentar con la IA, explorando tanto sus posibilidades como sus limitaciones. Solo así podremos maximizar su potencial positivo y mitigar sus posibles impactos negativos. Un cambio de paradigma es imprescindible, aunque por sí solo puede no ser suficiente. La Humanidad necesita que la IA triunfe porque no tiene otro plan alternativo.

Quedarse al margen – países, empresas o personas- implicará marginación.

Antoni Esteve

Editor de Paréntesis MEDia.

Editor de Paréntesis MEDia.
Antoni Esteve

Periodista y empresario