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Recientemente tuve la oportunidad de visitar San Francisco y vivir una experiencia que parecía sacada de una película de ciencia ficción: un viaje en los robotaxis de Waymo, propiedad de Alphabet, la matriz de Google. Estos vehículos autónomos, todos modelos Jaguar I-PACE completamente eléctricos, están equipados con radar, sensores y cámaras tanto internas como externas. La experiencia, supervisada de manera remota por un equipo de soporte al cliente, resultó ser tanto fascinante como reveladora.

Desde hace unos días, Waymo One ha abierto sus servicios a todos, permitiendo que tanto residentes como turistas disfruten de un viaje en estos avanzados vehículos sin conductor. Anteriormente, acceder a un Waymo era complicado para los turistas, ya que se requería una invitación y una lista de espera. Sin embargo, ahora la experiencia está más democratizada y accesible, lo que añade un toque futurista a la visita a San Francisco.

San Francisco está transformando su paisaje urbano con los coches autónomos de Waymo, ofreciendo una experiencia de viaje innovadora y segura que me dejó asombrado.

Usar un robotaxi de Waymo es sencillo. Los pasajeros pueden utilizar la aplicación móvil para desbloquear el coche, reproducir música y disfrutar del viaje. Es posible sentarse en cualquier asiento excepto en el del conductor. Durante mi estancia en junio, observé cómo estos coches autónomos se han integrado completamente en el paisaje urbano de San Francisco. Están por todas partes, silenciosos y eficientes, ofreciendo una alternativa moderna a los taxis y servicios de transporte tradicionales.

Lo que distingue a Waymo de otras experiencias de coche autónomo es su enfoque en la seguridad y la prudencia. Estos vehículos no solo respetan todas las señales de tráfico, sino que también están diseñados para ser extremadamente cautelosos, lo que contribuye a una sensación de seguridad durante el viaje.

Con la apertura de Waymo One a todos los visitantes, la exclusividad de los robotaxis está dando paso a una experiencia más abierta y accesible. Esta iniciativa ha sido bien recibida, ya que permite a los turistas disfrutar de la ciudad sin necesidad de interactuar con un conductor de taxi o Uber, algo que puede ser especialmente atractivo para aquellos que buscan una experiencia de viaje más privada y personalizada.

Waymo ha registrado a casi 300.000 personas desde que abrió la lista de espera, lo que representa más de una cuarta parte de la población de San Francisco. Este dato refleja el enorme interés y aceptación que ha tenido este servicio entre quienes viven, trabajan y visitan la ciudad.

La seguridad es una prioridad fundamental para Waymo. Con más de 15 años de experiencia en la creación de sistemas de conducción autónoma, la compañía ha acumulado más de 20 millones de millas exclusivas para pasajeros y casi 2 millones de viajes públicos pagados. En 2022, 39 personas murieron en las carreteras de San Francisco, y 25 más en 2023. La violencia vial mata a unas 40.000 personas al año en Estados Unidos, y Waymo Driver está diseñado para reducir estos números, ofreciendo una alternativa más segura al statu quo de la seguridad vial.

Durante mi viaje en un Waymo, pude apreciar la precisión y la prudencia con la que estos vehículos operan. La ausencia de un conductor humano no solo elimina el riesgo de errores humanos, sino que también ofrece una experiencia más fluida y predecible. Los turistas, incluyéndome a mí, suelen filmar sus viajes, convirtiendo cada trayecto en una pequeña aventura que se puede compartir con amigos y familiares.

Sin embargo, no todo ha sido perfecto. En febrero, un coche de Waymo fue golpeado e incendiado en Chinatown por una multitud. Curiosamente, coincidí con un conductor de Uber que estaba presente y grabó el ataque. Este incidente, aunque aislado, pone de manifiesto los desafíos que aún enfrentan los vehículos autónomos en términos de aceptación pública.