Skip to main content

Ángel Garrido e Isaac Casals son realizadores de Lavinia Next, una productora especializada en crear experiencias inmersivas que están transformando el panorama audiovisual. Su trabajo consiste en convertir espacios en entornos envolventes donde las historias se viven en 360 grados, integrando tecnología, narrativa y sensaciones para conectar con el público de manera única.

Con clientes como el Circuit de Catalunya y la Xarxa Audiovisual Local, combinan creatividad y tecnología avanzada para romper los límites de la pantalla tradicional. Su enfoque abarca desde la puesta en escena y el diseño sonoro hasta la incorporación de herramientas como la realidad virtual y la IA, abriendo nuevas posibilidades en la producción audiovisual.

 

Pregunta: ¿En qué consisten las las experiencias inmersivas?

Angel Garrido: Una experiencia inmersiva al final no deja de ser una obra audiovisual, que en lugar de proyectarse en una sola pantalla, lo hace en varias. En los cuatro lados y, algunas veces, en el suelo y el techo. Es pasar de experimentar una película en 2D a experimentar algo que te envuelve y que puede estar pasando en cualquier lugar de la sala.

Vosotros habéis trabajado con clientes importantes, ¿cómo se explica esta ruptura de la pantalla plana?

Isaac Casals: Esta es una de las partes más complicadas de nuestro trabajo en el sentido de que, obviamente, todos estamos acostumbrados a verlo todo en plano. Y pasar de ese plano a algo 360 supone ir unos cuantos pasos más allá, imaginar las cosas de otra manera. Y nuestro trabajo en parte consiste en hacerle ver al cliente que aquello que él hoy ya se imaginaría como «voy a poner mi vídeo aquí» no va a poder ser. Porque precisamente las experiencias inmersivas se generan como algo que implica las sensaciones. Tienes que tener la sensación de que todo te rodea. Con lo cual, una de las primeras cosas que eliminamos es el punto de fijación. Tú no estás mirando a un solo sitio. Estás mirando a todos lados, porque así tendrás una experiencia más inmersiva.

Además, tenemos el problema de que realmente no hay una manera muy al uso de hacerle ver al cliente cómo va a quedar el resultado. Hoy en día seguimos todos trabajando con pantallas y la gente que trabaja a nivel más técnico sí que tiene la posibilidad de montarse un escenario 360. Pero muchas de estas cosas no las ves hasta que no están implementadas.

Angel: Muchas veces implica un gran salto de fe por parte del cliente. Tú puedes elaborar unos conceptos primero. Puedes escribir un guion. Puedes hablar de sensaciones. Pero claro, el montaje real, hasta que no estás ahí en la sala y empiezas a ver un poco cómo va a quedar, pues no entiendes realmente la grandeza de aquello.

«Las experiencias inmersivas interpelan las sensaciones. Tienes que tener la sensación de que todo te rodea.»

Ahora con las gafas de realidad virtual. ¿Se puede hacer una pequeña demo con el cliente?

Isaac: Es algo de lo que hemos hablado en algunos casos. Yo creo que si la experiencia ya nace como algo para ser mostrado en gafas, perfecto. Pero hacer el paso de algo que esté pensado para un entorno tipo el Ideal y pasarlo a unas gafas para hacer la prueba es tal la bestialidad que yo creo que no vale la pena.

Angel: Son diferentes tipos de inmersividad.

Para la Xarxa de l’Audiovisual, también hicisteis un proyecto allí en L’Ideal Barcelona que fue muy chulo con la participación de Castellers. ¿Cómo se gesta un proyecto de estas características? 

Angel: En lo referente a combinar vídeo inmersivo y acción en vivo, todo es puesta en escena. Trabajar mucho la puesta en escena. Trabajar mucho la disposición del público. Trabajar mucho los puntos de atención de dónde va a ocurrir cada cosa.

«Podemos llevar la inmersividad a niveles maravillosos. Con los medios que tenemos hacemos cosas muy atractivas, pero nos queda muchísimo camino por recorrer»

Porque entiendo que un proyecto así no es el mismo guion o el mismo formato que podría tener una película o una serie. Al dar esa libertad extra al espectador, también está rompiendo la narrativa a la que estamos acostumbrados, ¿no?

Isaac: La narrativa sí que es algo de lo que hablamos precisamente cuando tenemos que pensar, no tanto en la parte presencial como sí en la parte que te rodea. Porque la narrativa es algo que tienes que dominar tú, del mismo modo que la dominas en una película o una serie. Lo que pasa es que, aunque tú quieras, en este caso no vas a poder asegurarlo porque la gente tiene normalmente libertad de movimiento. Entonces sí que puedes condicionar un poco y buscar recursos que hagan que la gente tienda a mirar hacia donde te interesa. Aquí entran en juego ganchos que puedes utilizar tanto en el sentido visual como auditivo.

Claro. Porque entiendo que el audio es gran parte de la experiencia y no se tiene muchas veces en cuenta.

Angel: Totalmente. Trabajar el audio es súper importante. Es una parte más de la inmersividad. Por ejemplo, en proyectos como el Circuit de Catalunya buscamos crear texturas de sonido que dieran la sensación de que estabas en el propio circuito. Queríamos que la gente dijera: «Uy, estoy aquí ya metido, voy a arrancar, voy a salir pitando». Luego, en otros casos, como los castillos o el proyecto en Santes Creus, buscábamos sonidos más tranquilos, más de ambiente. En un claustro, por ejemplo, el sonido predominante es el silencio. Pero sí, el sonido es clave.

Isaac: De hecho, ahora que lo mencionas, en la instalación que pusimos en el Mobile World Congress, para el Mobile World Capital, había un garaje. Era una experiencia como si entraras en un garaje con diferentes tipos de coches de distintas épocas del automovilismo. Nos pidieron incluso que el sonido de los motores fuera lo más real posible. No suena igual un coche de 1907 que uno de 1980, y eso lo tuvimos muy en cuenta. En el caso del circuito de Cataluña también nos pasó que nos decían: «Este coche no es un Fórmula 1, esto es un Fórmula 3».

En una experiencia en la que las emociones pesan tanto, ¿qué es más importante?, ¿la historia o las sensaciones?

Angel: Las sensaciones, diría yo.

Isaac: Yo te diría que es 50-50. No puedes mantener un nivel emocional o sensorial todo el rato en lo más alto. Tienes que ir modulando, pero no deja de ser lo mismo que se trabaja en cualquier narrativa audiovisual. Es cómo enganchas al público. Puedes empezar con algo más sensorial y luego pasar a contar algo más concreto. Otra de nuestras funciones al inicio de los proyectos es advertir al cliente de que esto no es un folleto. No puedes cargar la experiencia con demasiada información porque la gente tiene que estar suficientemente relajada como para vivirla. Si le das demasiada información, lo estresas.

«No puedes cargar la experiencia con demasiada información porque la gente tiene que estar suficientemente relajada como para vivirla»

Seguramente, si yo fuera allí, no sabría diferenciar entre un motor de 1920 y uno de 1915. Pero el hecho de que ya sean distintos y de poderlo vivir en primera persona, quizá es la clave de todo esto, ¿no?

Angel: Totalmente. Yo vuelvo un poco a lo de las sensaciones. Creo que es algo súper importante. Es uno de los factores diferenciales de este tipo de proyectos. Me acuerdo de un proyecto en las calles de Girona, delante de la catedral. Lo chulo era ver a la gente entrar, sin esperar lo que iban a encontrarse, y de repente estar en medio de las calles de Girona. La gente decía: «Guau, ¿cómo he llegado hasta aquí si estaba en la calle Aragó hace un momento?».

¿Compensa todo este viaje que hacéis para diseñar estos proyectos?

Angel: Bueno, al final se trata de transportar a la gente a un sitio, llevarlos a hacer un viaje. En una película plana, ese viaje se basa más en la narrativa y en el diálogo. Pero en un proyecto inmersivo, eres casi un espectador activo. Estás sentado, pero dentro de las calles de Girona. Eso es lo que hace que la gente salga diciendo: «Guau, esto me ha impactado muchísimo».

«Se trata de transportar a la gente a otro lugar»

¿Alguna conclusión final?

Isaac: Bueno, yo creo que este tipo de experiencias inmersivas tienen tantas subcategorías que es difícil definirlas en un solo concepto. Las hay desde las más técnicas hasta las más narrativas, y cada una tiene sus particularidades. Lo básico es trabajar siempre pensando en la empatía, en cómo conseguir que la persona que lo va a recibir tenga una buena experiencia. Muchas veces incluso tenemos que poner advertencias en algunos de los sitios donde hacemos las experiencias, avisando, por ejemplo, si alguien es impresionable o si vienen niños pequeños.

Claro, ¿y cómo sé yo si soy impresionable también? 

Isaac: Sí, sí. Si no te gustó el IMAX, no vengas. Porque realmente hay muchos grados de inmersividad. Podemos llevar estas experiencias a niveles increíbles. Nosotros, con los medios que tenemos, estamos haciendo cosas que creemos que son bastante atractivas, pero también pensamos que nos queda muchísimo camino por recorrer y muchos clientes para satisfacer.

Angel: Y hay gente por ahí alrededor del mundo que está haciendo cosas súper bestias con el tema de la inmersividad en eventos. Y no te hablo solo de inmersividad en una sala cerrada. Ya hay proyectos que combinan inmersividad con realidad aumentada, o incluso con mappings al aire libre. No se limitan a un solo edificio, sino que abarcan varios espacios a la vez. Se están haciendo auténticas burradas hoy en día.

Para acabar, me gustaría preguntaros sobre la IA. ¿Le veis aplicaciones dentro de las experiencias inmersivas? 

Angel: A ver, yo creo que la inteligencia artificial es muy útil, sobre todo para trabajar con imágenes que necesitan alta resolución. A veces usamos imágenes de archivo que requieren un upscaling para mejorar su calidad. También la utilizamos para crear texturas. Por ejemplo, si queremos diseñar un suelo realista, no podemos hacerlo manualmente para un espacio tan grande. Ahí la IA nos ayuda a generar patrones continuos y detallados.

Isaac: En la postproducción también es un recurso clave. Es una de las partes técnicas que son un reto en la experiencia inmersiva y en eso, evidentemente, que nos puede echar un cable la inteligencia artificial. 

Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.