En un movimiento estratégico para acelerar el progreso científico, los gobiernos de Japón y Estados Unidos han anunciado una colaboración sin precedentes en el campo de la inteligencia artificial (IA), específicamente orientada a la investigación científica. Esta asociación bilateral se centrará en el intercambio de datos y el uso conjunto de supercomputadoras para avanzar en el desarrollo de tecnologías de IA, con el objetivo de fortalecer la posición competitiva de ambas naciones en la innovación científica.
Los institutos de investigación afiliados a los gobiernos, RIKEN en Japón y el Laboratorio Nacional Argonne en EE.UU., liderarán este esfuerzo colaborativo. Ambas instituciones albergan algunas de las supercomputadoras de alto rendimiento más avanzadas del mundo: Fugaku en RIKEN y Aurora en Argonne. Dado que el desarrollo de IA requiere una gran cantidad de cálculos, estas supercomputadoras serán fundamentales en el proceso, profundizando la cooperación en el intercambio de datos y resultados.
Japón y Estados Unidos se embarcan en una colaboración histórica para impulsar la investigación científica mediante el poder de la inteligencia artificial y las supercomputadoras.
La colaboración Japón-EE.UU. se espera que culmine en un acuerdo esta primavera. Ambos países ya han comenzado a desarrollar de forma independiente IA especializada para la investigación, alimentando los sistemas con datos de experimentos y publicaciones científicas. Japón se enfocará en campos como las ciencias de la vida y la medicina, incluido el descubrimiento de fármacos, así como en la investigación de nuevos materiales. Por su parte, Estados Unidos se concentrará en áreas como el cambio climático, el cáncer y la exploración espacial.
La IA tiene el potencial de analizar grandes cantidades de datos en períodos cortos, lo que podría reducir significativamente los tiempos de investigación. Según estimaciones de RIKEN, el desarrollo de IA para la investigación científica podría acortar el tiempo de investigación de medicamentos de dos años a aproximadamente dos meses, y expandir el alcance de la investigación hasta mil veces más que con los métodos convencionales.
Sin embargo, la rápida aceleración de los descubrimientos científicos gracias a la IA también plantea preocupaciones sobre su impacto en la sociedad y la creatividad de los investigadores. Para abordar estas inquietudes, el ministerio japonés limitará la participación de la IA en la investigación a tareas específicas, como experimentos, asegurando así un equilibrio entre la innovación y la preservación del ingenio humano.
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