La Comisión Europea ha suscrito el Convenio Marco sobre Inteligencia Artificial del Consejo de Europa, un acuerdo que busca establecer una regulación internacional en el ámbito de la IA, alineada con los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho. Este acuerdo es un paso más hacia la creación de estándares comunes que garanticen el uso ético y seguro de estas tecnologías emergentes en los países miembros del Consejo de Europa.
Un marco internacional para la inteligencia artificial
El Convenio Marco sobre Inteligencia Artificial ha sido impulsado por el Consejo de Europa para proporcionar una base legal clara y común para el desarrollo y la aplicación de la IA, abarcando temas tan relevantes como la transparencia, la supervisión y la responsabilidad en el uso de estas tecnologías.
El objetivo principal del convenio es garantizar que la IA se utilice de manera que respete los derechos fundamentales y refuerce las bases democráticas de los estados. De este modo, se busca prevenir que el uso de algoritmos y modelos predictivos derive en prácticas discriminatorias o en la vulneración de derechos esenciales. A la vez, la iniciativa fomenta la colaboración internacional en la creación de normativas que promuevan un uso seguro y transparente de la IA, mientras refuerza la confianza del público en estas tecnologías.
La Comisión Europea, con su firma, ha reiterado su compromiso con la creación de una regulación equilibrada que, sin frenar la innovación tecnológica, proteja los valores fundamentales europeos. Asimismo, ha expresado que el convenio complementa otras iniciativas en marcha, como la Ley de IA de la Unión Europea, cuyo objetivo es regular los riesgos asociados a los diferentes sistemas de inteligencia artificial.
Protección de derechos humanos y gobernanza democrática
Entre las medidas propuestas en el convenio se incluyen mecanismos para garantizar la transparencia en los sistemas de IA, lo que permitirá a los usuarios y reguladores comprender cómo funcionan los algoritmos y qué decisiones toman. Además, el acuerdo destaca la importancia de la rendición de cuentas en el diseño y el uso de estas tecnologías, instando a los desarrolladores y operadores a ser responsables de los posibles impactos negativos.
Otro aspecto central del convenio es la prohibición de aplicaciones de IA que, por su naturaleza, puedan infringir los derechos humanos, como aquellos sistemas que favorezcan la discriminación o perpetúen sesgos. Para prevenir estos riesgos, el acuerdo recomienda la implementación de evaluaciones de impacto de derechos humanos antes del despliegue de cualquier sistema de IA.
Un paso hacia la colaboración internacional
La firma de este convenio por parte de la Comisión Europea simboliza un avance hacia la cooperación internacional en materia de IA, reconociendo que los desafíos globales que plantea esta tecnología requieren una respuesta coordinada a nivel supranacional. A través de este acuerdo, la Comisión Europea y el Consejo de Europa buscan crear un marco común que establezca normas claras para el desarrollo y uso responsable de la IA.
El convenio también abre la puerta a la cooperación con otros actores globales fuera de Europa, ya que sus principios pueden servir de base para futuras negociaciones internacionales en la gobernanza de la IA. La adhesión de otros países no europeos al Consejo de Europa refuerza la dimensión global del acuerdo y refuerza el compromiso con una IA que respete los valores democráticos y los derechos fundamentales.
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