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(Paréntesis)

Para el historiador, si las tecnológicas invirtieran «el 20% de su presupuesto y talento en seguridad, podrían protegernos de los daños potenciales [de la IA]»

En su nuevo libro, ‘Nexus’, repasa la historia de la información: desde las cazas de brujas, pasando por los regímenes autoritarios y hasta la IA

«¿Cómo puede ser que tengamos las tecnologías de comunicación más avanzadas y las personas no sean capaces de hablar entre ellas?», se pregunta el escritor. En una rueda de prensa virtual organizada a colación de ‘Nexus’ (2024), el intelectual israelí Yuval Noah Harari ha repasado los principales argumentos del libro. No ha sido hasta la pregunta de Paréntesis MEDia que ha buscado algo de positividad en esta revolución imparable: «No creo que las personas en Silicon Valley sean malvadas». Para después añadir que «si las compañías de IA invirtieran el 20% de su presupuesto y de su talento en seguridad, creo que sería un muy buen desarrollo, que podría protegernos de al menos algunos de los daños potenciales».

Acto seguido, justifica el tono del libro, que algunos critican por apocalíptico: «La razón es simplemente que todas estas corporaciones extremadamente ricas y poderosas están inundando a la gente con predicciones positivas sobre lo que la IA hará, intentando ignorar los peligros. Así que se convierte en el trabajo de filósofos, historiadores y académicos como yo, enfocarse en el lado peligroso. Pero eso no significa que solo haya peligro».

Sobre el lado positivo de la IA, Harari piensa que el mayor potencial es el de la asistencia sanitaria: «Podría ser que en 10 o 20 años, incluso las personas pobres en algún pueblo remoto disfruten de mejor atención médica que los multimillonarios de hoy, gracias a la IA». Para el historiador, este tipo de tecnología puede superar ampliamente a los profesionales humanos, ya que se actualiza continuamente con los últimos avances en investigación «algo que ningún humano puede hacer». También comenta los avances en el coche autónomo, «que podría salvar a un millón de personas de morir en un accidente de tráfico».

Más información no significa más verdad

Una de las principales tesis del libro es que el relato que dice que disponer de más información conduce a la verdad es falso. Y la IA, en este sentido, «puede crear ideas por sí misma, lo que la hace diferente a todas las demás revoluciones y crisis anteriores». «La verdad es muy poco frecuente: para escribir un informe verdadero tienes que invertir mucho dinero. Y la ficción, en cambio, es barata», expone.

Esto no es algo nuevo, para el pensador, ya que la IA ya controlaba la información a la que se le prestaba atención, a través de los algoritmos de las redes sociales, pero no podía crear música ni imágenes; «ahora, es capaz de hacer eso».

Los primeros pasos de una revolución imparable

Harari admite que la IA se va a desarrollar sí o sí. Lo que pretende transmitir es la velocidad a la que lo está haciendo y las consecuencias de hacerlo sin tener en cuenta los peligros: «Estos son los primeros pasos de la revolución de la IA, no hemos visto nada todavía».

Según Harari, se podría comparar con la evolución de las amebas hasta convertirse en dinosaurios: «La IA de hoy es una ameba, pero la IA evoluciona millones de veces más rápido; no va a tardar mil millones de años que la IA-ameba ChatGPT evolucione hasta convertirse en el dinosaurio de la IA». Puede tardar, según el pensador, entre 10 y 20 años.

Totalitarismo

Respecto a la posibilidad de que la IA provoque un totalitarismo tecnológico, Harari defiende que, pese a «no ser determinista» (y creer que no hay nada escrito y que todo depende de las decisiones que tomemos), «hay un potencial totalitario en la IA«.

«Stalin hubiese necesitado millones de agentes del KGB para controlar a todos los ciudadanos en todo momento» en la Unión Soviética. Sin embargo, para el pensador, «La IA puede anular la privacidad, porque ya no necesitas agentes para controlar a la población; solo necesitas software de reconocimiento facial, teléfonos móviles… Esto ya está ocurriendo: en Israel se está construyendo un Estado totalitario con cámaras y drones siguiendo a todo el mundo en los territorios palestinos«.

Las redes sociales y el algoritmo

Harari se muestra muy contrario, eso sí, a las «decisiones editoriales de los algoritmos». Según su argumento, las tecnológicas descubrieron que «la manera más fácil de mantener pegados a los usuarios a las redes sociales era presionando el botón del odio, del enfado o del miedo». Esto no es libertad de expresión, para el escritor. Porque «si el algoritmo de Facebook y Twitter coge la teoría de la conspiración y la decide promocionar, allí está el problema». Y, para Harari, las tecnológicas deben ser responsables de los contenidos que promociona el algoritmo, de la misma forma que el editor del ‘New York Times’ respondería ante la publicación «de una noticia falsa en portada».

El periodismo como contrapeso

«La democracia es conversación: cuando las personas hablan entre ellas y pueden llegar a decisiones conjuntas». Para Harari, este ha sido el papel tradicional que han ejercido los medios de comunicación. Al final, «tú prestas un poder a alguien durante un tiempo con la condición de que lo devuelva». Pero las democracias tienen un defecto importante: «¿Qué ocurre si no quiere devolver ese poder?». Por eso, las democracias «han creado unos sistemas de checks and balances: necesitas medios de comunicación independientes para exponer las mentiras y los errores de los gobiernos. Cuando el gobierno controla los medios, no hay contrapeso posible».

«Sin la verdad ni los hechos, la conversación no significa nada». Si solo compartimos mentiras, no hay conversación posible. Este es el papel de los medios en la conservación de la democracia, para Harari. Los medios tienen un poder inmenso «tanto para destruir la democracia como para salvarla».

¿Harari existe?

Ante la pregunta de un periodista sobre si realmente estábamos hablando con Yuval Noah Harari o era una suplantación, se han visto las dudas reales que infunde la IA: «Al final, tendrán que confiar en la palabra de la editorial».

Nexus

Portada de Nexus

Yuval Noah Harari

Yuval Noah Harari (1976) es profesor de Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Se especializó en Historia Medieval e Historia Militar, aunque sus investigaciones actuales se centran en los procesos macrohistóricos y en las relaciones entre historia y biología. Es considerado uno de los intelectuales más influyentes nuestro tiempo.

Páginas: 600

Editorial: Penguin Random House

Fecha de publicación: 10 de septiembre de 2024

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