Tras la reciente victoria del Partido Laborista en las elecciones generales del Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer ha confirmado el compromiso de su gobierno con la continuidad del modelo de financiación basado en licencias para la BBC, marcando un cambio potencial en el rumbo que había tomado la política de medios del país durante los últimos 14 años bajo gobiernos conservadores.
Este respaldo llega en un momento crítico para la corporación pública, que ha visto cómo su presupuesto se reducía en términos reales en un 30% desde 2009, según datos aportados por su director general, Tim Davie, en marzo de este año. La anterior secretaria de Estado de Digital, Cultura, Medios y Deportes, Nadine Dorries, había anticipado en 2022 un posible fin al sistema de licencias en 2027, lo cual planteaba un futuro de incertidumbre para la financiación de la BBC.
Con la llegada al poder de los laboristas, la BBC podría ver asegurado su futuro financiero, rompiendo con catorce años de incertidumbre bajo el mandato conservador.
El cambio de administración ofrece un respiro a la corporación, que enfrentaba un déficit proyectado del 40% para el año fiscal que comenzó el 1 de abril de 2023 y terminará el 31 de marzo de 2025, con pérdidas que podrían ascender a cerca de 500 millones de libras. Este déficit se atribuye en parte a un «presupuesto transformativo» que incluye «inversiones significativas» en BBC Studios, su brazo de producción y distribución global.
El giro político con los laboristas al mando podría brindarle a la BBC el tiempo necesario para reducir su dependencia de la tasa de licencia pública. El objetivo a largo plazo es que los ingresos comerciales de BBC Studios duplicaran para el ejercicio 2027/2028 los obtenidos en 2021/2022, habiendo superado ya los 2,000 millones de libras en facturación en el año fiscal 2022/2023.
Aunque el gobierno de Starmer parece dispuesto a mantener el modelo de financiación actual, aún quedan preguntas sobre si promoverá alternativas como las suscripciones y la publicidad, elementos que han estado presentes en los debates sobre cómo asegurar la sostenibilidad financiera de la BBC a largo plazo.
Este compromiso con la BBC no solo es un paso hacia la estabilización de su financiación, sino también una señal de la importancia que el nuevo gobierno laborista asigna a los medios de comunicación públicos como pilares de la democracia y la cultura británica. Resta ver cómo se desarrollarán estas políticas en los próximos años y cuál será el impacto real en la operativa y estrategia financiera de la BBC.
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