La red social anteriormente conocida como Twitter, ahora rebautizada como ‘X’ bajo la dirección de Elon Musk, enfrenta un nuevo desafío regulatorio. La Comisión Europea ha iniciado un procedimiento de infracción contra ‘X’ debido a cambios significativos en su política de verificación de cuentas y deficiencias en su transparencia publicitaria, medidas que podrían estar en conflicto con las rigurosas normativas del Acta de Servicios Digitales (DSA) de la Unión Europea.
Desde la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk y la subsecuente transformación en ‘X’, la plataforma ha implementado cambios radicales en la manera en que los usuarios obtienen el «check azul», un símbolo tradicionalmente asociado con la autenticidad y la relevancia pública de las cuentas. Bajo la nueva gestión, cualquier usuario puede obtener la verificación pagando por una suscripción, lo que ha generado preocupaciones sobre la autenticidad y la posible manipulación de información.
La Comisión Europea ha expresado su preocupación por esta política, alegando que diluye el valor de la verificación y podría facilitar el engaño a los usuarios, permitiendo que actores malintencionados se aprovechen del prestigio asociado al «check azul» para difundir desinformación o realizar actividades fraudulentas. Thierry Breton, comisario de Mercado Interior e Industria, ha subrayado que este cambio en la política de verificación podría no solo confundir a los usuarios sino también infringir directamente las disposiciones del DSA, diseñadas para asegurar la integridad y la transparencia en el espacio digital.
La Comisión Europea cuestiona la nueva política de verificación de ‘X’ y su manejo de la transparencia publicitaria, apuntando a posibles infracciones graves del DSA.
Además de los problemas de verificación, la Comisión ha acusado a ‘X’ de no cumplir con los requisitos de transparencia publicitaria establecidos por la DSA. Se alega que ‘X’ no ha proporcionado un repositorio de anuncios accesible y fiable, lo que impide una supervisión efectiva y limita la capacidad de los investigadores y del público para entender y evaluar cómo se utilizan los anuncios en la plataforma.
Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión y encargada de Competencia, ha indicado que ‘X’ también ha fallado en facilitar el acceso adecuado a sus datos públicos a los investigadores, un requisito esencial para permitir el análisis independiente de las prácticas de la plataforma en términos de contenido y publicidad. Esta falta de cooperación y transparencia pone en riesgo no solo los intereses de los usuarios sino también los esfuerzos por combatir la desinformación y el contenido ilegal en línea.
Si ‘X’ es hallada culpable de violar la DSA, podría enfrentarse a multas que alcanzan hasta el 6% de su volumen de negocio mundial, además de ser obligada a realizar cambios significativos en sus operaciones para alinearse con las normativas europeas. Este caso no solo pone a prueba las políticas de ‘X’ sino que también destaca los desafíos regulatorios que enfrentan las grandes plataformas tecnológicas en un entorno global cada vez más preocupado por la seguridad digital y la integridad informativa.
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