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Todd Yellin trabajó en Netflix durante 17 años y lo dejó todo para dirigir su segunda película. El punto de inflexión fue la aparición de ChatGPT, que lo dejó «impresionado». El cineasta ha viajado a Barcelona para participar en el Sònar+D y el +RAIN Film Fest.

En la compañía de California, este cineasta ya había trabajado en el desarrollo de un motor de recomendación potenciado con IA. Este desarrollo, potenciado con IA generativa, es el que permite personalizar los pósters de las películas a diferentes usuarios. «Creamos un sistema que escoge el fotograma más adecuado para personalizar la portada que enseñamos al usuario» en función de sus gustos, ha explicado Yellin. De esta forma, aumenta la probabilidad de que «haga clic». También se personaliza el texto de la descripción para aumentar las probabilidades de que convenza al usuario.

Desde un punto de vista económico, el cineasta ha explicado que la compañía pasaba de pagar mil dólares a una agencia de diseño a hacerlo por menos de 15 dólares. Y además podía personalizar mejor la experiencia. Por eso Yellin afirma que no se siente «culpable», porque al final «la verdadera obra de arte es la película» y ellos solo ayudaban a que ganara visualizaciones.

La llegada de ChatGPT lo cambia todo en su vida

Todd Yellin ya había dirigido alguna película antes de incorporarse a Netflix. Cuando usó ChatGPT por primera vez para generar un poema sobre «un perro que vive en el sol» se quedó sorprendido con el resultado y una pregunta asaltó su mente: «¿ChatGPT podría hacer el trabajo de cineasta por mí?«.

Después comenzó una etapa de experimentación en la que las expectativas iniciales fueron rebajándose poco a poco. En la actualidad, Yellin se muestra escéptico sobre las capacidades de la IA de texto a vídeo, como Sora o Dream Machine: «Puede estar bien para crear películas experimentales para festivales como el +RAIN, ¿pero crear una narrativa completa sobre una historia con IA? No estamos en este momento».

Un asistente para redactar los guiones

En el terreno en el que Yellin ha trabajado más es en el de escribir el guion. Para ello, se ha ayudado de ChatGPT en algunas ocasiones: «Es un gran compañero para hacer una lluvia de ideas, pero no para escribir el guion directamente». El cineasta también plantea la dificultad de «dar con el prompt adecuado», que a veces se vuelve muy difícil.

«Muchas personas se preocupan de que la IA use todo Internet para generar las respuestas, algunos pueden pensar que es poco ético», explica Yellin. Pero al final «todos aprendemos, leemos libros, y esto nos influye en las obras que creamos». El cineasta cita la frase de Isaac Newton: «Si he logrado ver más lejos ha sido porque he subido a los hombros de gigantes». Y allí es donde la IA se revela en todo su potencial: por su capacidad para ayudar como un copiloto en la documentación y el proceso de lluvia de ideas.

Al final, para hacer las típicas «películas de Navidad» que son siempre «la misma fórmula», Todd Yellin lo tiene claro: «Esta tecnología está preparada para eso». Pero si se trata de crear obras mordaces, incómodas, innovadoras y creativas, entonces para el cineasta «no estamos ahí todavía»

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