En el último trimestre, Apple ha experimentado una caída significativa del 10% en las ventas de sus iPhones, especialmente impactado por una reducción drástica en China. Este descenso se atribuye a varios factores críticos, incluyendo un aumento del sentimiento nacionalista, una economía debilitada y la creciente competencia de rivales como Samsung.
El gigante tecnológico, que anteriormente dominaba el mercado chino, ahora ve cómo marcas locales y competidores internacionales como Samsung recapturan terreno. Este cambio se produce en un momento en que el nacionalismo económico en China ha comenzado a influir más fuertemente en las decisiones de compra de los consumidores, quienes optan cada vez más por marcas nacionales en lugar de extranjeras.
La competencia no se limita solo a Samsung. Otros fabricantes chinos de teléfonos inteligentes, como Xiaomi y Huawei, han aumentado su cuota de mercado con dispositivos que rivalizan en calidad y precio con los iPhones, pero que también están mejor adaptados a las preferencias locales en términos de software y funcionalidades.
A pesar de estos desafíos, Apple ha intentado recuperar su atractivo en el mercado chino mediante varias estrategias, incluyendo descuentos significativos y adaptaciones de sus productos para alinearse más estrechamente con los gustos y expectativas de los consumidores chinos.
La situación de Apple en China es un reflejo de las tensiones macroeconómicas y geopolíticas que afectan a muchas empresas tecnológicas globales que operan en un mercado internacional cada vez más fragmentado y competitivo.
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