En un movimiento estratégico que resalta la importancia de Telefónica en el escenario tecnológico y de telecomunicaciones español y global, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha adquirido un 3% del capital de la compañía. Esta operación, valorada en unos 700 millones de euros, marca el regreso del Estado español como accionista de la teleco después de 26 años, en un contexto marcado por la reciente adquisición de una participación significativa por parte de la saudí STC.
La decisión de la SEPI de incrementar su participación hasta el 10% del capital de Telefónica, anunciada a finales del año pasado, se ha materializado en compras sucesivas que han culminado con la notificación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de su posición actual. Este paso refleja el compromiso del Gobierno español con una empresa considerada clave en el desarrollo de la nueva era digital, tanto dentro como fuera de España.
Paralelamente, CaixaBank, uno de los accionistas tradicionales de Telefónica, ha comunicado una reducción de su participación del 3,510% al 2,510%, tras deshacerse de una cobertura financiera. Esta operación, que la entidad financiera asegura no estar relacionada con la entrada de la SEPI, ajusta su presencia en el accionariado de la teleco, aunque el grupo Criteria, brazo inversor de la Fundación Bancaria La Caixa, mantiene su estrategia de incrementar su posición en Telefónica.
El Estado español vuelve a entrar en el accionariado de Telefónica tras 26 años, evidenciando la importancia estratégica de la teleco en el nuevo panorama digital.
La entrada de la SEPI en Telefónica no solo demuestra la relevancia de la compañía en el tejido empresarial español sino que también subraya su papel estratégico en el ámbito de las telecomunicaciones y la tecnología a nivel global. Telefónica, por su parte, ha acogido positivamente esta operación, reafirmando su compromiso con la ejecución de su plan estratégico 2023-2026 para seguir creando valor para sus accionistas y ofreciendo el mejor servicio a sus clientes.
Este movimiento se produce en un momento de especial relevancia para Telefónica, con la presencia de la saudí STC en su capital y la expectativa sobre su posible entrada en el consejo de administración de la compañía. La posición del Gobierno español, a través de la SEPI, podría interpretarse como una medida para asegurar una influencia nacional en una empresa de vital importancia para la infraestructura de telecomunicaciones del país y su proyección internacional.
La reconfiguración del accionariado de Telefónica, con la SEPI aflorando un 3% y CaixaBank ajustando su participación, refleja la dinámica cambiante del sector de las telecomunicaciones y el interés estratégico que suscita entre inversores nacionales e internacionales. La evolución futura de estas participaciones será clave en el desarrollo y la dirección que tome Telefónica en los próximos años, en un entorno cada vez más digitalizado y competitivo.
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