Jon Keegan, periodista de The Markup, compartió su experiencia utilizando ChatGPT como asistente de reportaje, revelando que la herramienta de inteligencia artificial no cumplió con las expectativas. Aunque ChatGPT ha demostrado ser un socio competente en la codificación dentro de la redacción, su manejo de instrucciones básicas sobre fuentes y citas dejó mucho que desear.
En un experimento para reportar sobre el descarrilamiento de un tren en East Palestine, Ohio, Keegan encontró que ChatGPT a menudo ignoraba las instrucciones cruciales sobre citación de fuentes, proporcionando información mal fundamentada o ubicaciones imprecisas. A pesar de los esfuerzos por obtener respuestas precisas, la herramienta frecuentemente se basaba en «conocimientos generales» sin poder proporcionar citas específicas.
Aunque ChatGPT mostró habilidades prometedoras en la extracción y resumen de documentos largos, el proceso fue tedioso y requirió múltiples intentos para obtener resultados satisfactorios. Sin embargo, donde ChatGPT realmente brilló fue en la generación y depuración de código de programación, ofreciendo explicaciones de su enfoque y permitiendo ajustes para mejorar el código.
A pesar de su potencial, el uso de ChatGPT en el periodismo enfrenta desafíos significativos en cuanto a precisión y fiabilidad de la información.
La experiencia de Keegan subraya las preocupaciones sobre el uso de herramientas de IA generativa en el periodismo de datos, donde la precisión y la verificabilidad son fundamentales. La incapacidad de ChatGPT para proporcionar un «recibo» de cómo sabe algo va en contra de los principios básicos del periodismo. Además, existe el riesgo de que las redacciones pequeñas y con pocos recursos dependan demasiado de estas herramientas, lo que podría llevar a errores e inexactitudes.
Afortunadamente, muchas redacciones han comenzado a abordar estas preocupaciones mediante la elaboración de políticas de IA para ayudar a sus periodistas y lectores a comprender cómo planean utilizar la IA en su trabajo. The Markup, siguiendo el ejemplo de otras organizaciones de noticias, ha actualizado su política de ética con una sección que detalla sus reglas para cualquier uso de IA en su trabajo.
La experiencia de utilizar ChatGPT como asistente de reportaje destaca tanto el potencial como los desafíos de integrar herramientas de IA en el periodismo. Mientras que la capacidad de ChatGPT para asistir en la codificación es indudablemente valiosa, su manejo de información precisa y verificable aún necesita mejoras significativas. A medida que la industria del periodismo continúa experimentando con IA, será crucial mantener un equilibrio entre aprovechar las nuevas tecnologías y adherirse a los estándares periodísticos de precisión y responsabilidad.
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