En un reciente giro de eventos que ha sacudido a la comunidad creativa en Instagram, un anuncio de Under Armour protagonizado por el boxeador Anthony Joshua ha encendido una controversia que va más allá de los límites de la publicidad convencional. Dirigido por Wes Walker, el anuncio ha sido aclamado por su director como el «primer anuncio comercial deportivo impulsado por IA», una afirmación que ha desatado un intenso debate sobre la originalidad, el crédito artístico y la ética en el uso de la inteligencia artificial en la creación de contenido.
El anuncio, que combina imágenes en vivo con modelos 3D, paisajes y escenas abstractas, todos presentados en un llamativo monocromo, ha sido elogiado por su estética y la innovación tecnológica. Sin embargo, lo que en la superficie parece ser un logro en la publicidad moderna, ha revelado una problemática más profunda relacionada con la reutilización de trabajos creativos sin el debido crédito.
Según informa TechCrunch, creativos de la industria rápidamente señalaron que gran parte del anuncio reempaquetaba el trabajo de otros sin reconocimiento. Este hecho ha levantado cuestionamientos sobre la práctica de aprovechar el ciclo de exageración de la IA para beneficio económico, minimizando el valor y la autoría de las creaciones originales.
La controversia se centra en la utilización de material previamente dirigido por Gustav Johansson y filmado por André Chementoff para una producción basada en película, material que no fue inicialmente acreditado en el anuncio de Under Armour. Esta omisión ha sido percibida no solo como una falta de cortesía profesional, sino como una transgresión de los principios éticos que rigen la autoría y la originalidad en el ámbito creativo.
La innovación publicitaria choca con la ética creativa, desatando un debate sobre el uso de la IA y el reconocimiento artístico en la industria.
La discusión se intensificó en las redes sociales, donde Johansson y otros expresaron su descontento no tanto por el uso de su trabajo —una práctica inevitable en el ámbito comercial— sino por la aparente reutilización de este como medida de reducción de costos, sin el correspondiente reconocimiento de su contribución.
Este incidente ha abierto un debate más amplio sobre el papel de la IA en la industria creativa, especialmente en lo que respecta a la reutilización y el crédito del trabajo artístico. Mientras que la tecnología ofrece nuevas posibilidades para la creación de contenido, también plantea desafíos significativos en términos de derechos de autor y ética profesional.
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