Sam Altman, CEO de OpenAI, ha hecho declaraciones significativas sobre el futuro de ChatGPT, el modelo de lenguaje generativo de la compañía. En una entrevista exclusiva con Axios en Davos, Altman ha reconocido que la evolución y proliferación de la tecnología de OpenAI requerirá decisiones «incómodas» para adaptarse a las diversas necesidades y valores culturales de los usuarios.
Altman ha destacado que los futuros productos de IA de OpenAI necesitarán permitir «bastante personalización individual«, lo que podría resultar incómodo para muchos, ya que la IA podría dar respuestas diferentes a distintos usuarios, basadas en sus preferencias de valores y posiblemente en el país en el que residan. Esta adaptación cultural y personalizada es un desafío ético y técnico significativo para OpenAI.
Sam Altman, CEO de OpenAI, anticipa cambios ‘incómodos’ en ChatGPT para adaptarse a las necesidades y valores culturales diversos.
El CEO de OpenAI ha mencionado que, aunque hay límites claros en cuanto a lo que es aceptable, como en el caso de violaciones de derechos humanos, hay otras áreas donde las diferencias culturales podrían requerir un enfoque más matizado. La necesidad de equilibrar la universalidad con la personalización es un tema central en el desarrollo de la IA.
Además, Altman ha expresado su preocupación por el impacto de la IA en las elecciones en todo el mundo este año, reconociendo la necesidad de evitar «luchar la última guerra» en cuanto a la desinformación electoral. OpenAI ha anunciado que intensificará sus esfuerzos para reducir la desinformación y el abuso de sus modelos relacionados con más de 60 elecciones que tendrán lugar en todo el mundo en 2024.
La entrevista también abordó la tensión interna en OpenAI y la breve destitución de Altman como CEO en noviembre pasado, lo que refleja el debate interno sobre el crecimiento frente a las restricciones en la tecnología poderosa de la compañía.
En cuanto a los proyectos futuros, Altman mencionó que su prioridad actual es lanzar el nuevo modelo, probablemente llamado GPT-5, y destacó el potencial de la IA para «acelerar enormemente la tasa de descubrimiento científico«.
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